García Martínez – 8 junio 1993
En las fechas que corren, las tres potencias del alma siguen siendo tres, pero no las mismas de antes. El triduo para el sabado, domingo y lunes pasados lo componen, respectivamente, la reflexión, la votación, y la dormición. Ayer, como digo, toco lo ultimo. Una experiencia gratísima que el cronista recomienda, para la próxima a sus lectores.
La dormición que sigue a la votación se sustenta en diversos pilares que paso a enumerar:
El primero y el principal: no oir la radio, ni ver la tele y no leer los periodicos (y menos aun, los comentarios politicos de los colunmistas). Todo eso no es nada mas que bla-bla-bla tipico y topico, a duro estas palabras y a diez pesetas la linea. Lo que ha ocurrido en estas elecciones ya lo sabemos usted y yo. Por lo que, tras el ajente comicial, lo que hay que hacer es estar todo el dia como si fuesemos bruguera. No hace falta meterse en la cama, eh? Se puede caminar dormido, conducir dormido, trabajar dormido, hablar dormido y escuchar dormido. Puedes estar ante los demas como de costumbres, pero, depende de ti, dormido.
Y todo ello porque, llegado el martes, que es el momento, empezar a exigir gestión eficaz, los ciudadanos, hemos de estar bien despiertos y descansados. Lejos de la mente de las telarañas las elucubraciones y de la verborrea. Ahora que lo hemos elegido que se pongan ya mismo a trabajar.