García Martínez – 9 Junio 1993
Mire usted: cara a cara como Dios manda, el de esta noche. Ni Aznar, ni Felipe, ni siquiera clinton-bush-perot, ni san Apapucio bendito. Donde esté un Madrid-Barcelona en plan final, aun no siéndola en rigor, que se quite lo demas. Entre todos los grandes eventos, lo que en verdad hace que la gente quiera seguir viviendo son estas cosas: el futbol, la subida del convenio, la primera comunión del chiquillo, la primitiva…
No es igual encontrarse en la tele a la pareja Aznar-González (“¡Atié, que leche¡ diria el vejete), que a las once banquillo mas los once azulgranas dispuestos a dar espectáculos. Es mucho mas distraído, pues lo que contienden se pasan la pelota antes.
No la entretienen, ni la marean tanto como Aznar y González. El moderador usa pito y va vestido de corto. Y tiene la facultad de sancionar. Pero los chicos de las teles no sacan tarjeta, ni nada.
¡Si por lo menos hubieran señalado un penalti!
Creo que, definitivamente los cara a cara no podrán sustituir nunca los cara a cara de perro algunos encuentros de futbol. Y asi debe ser asi. Cuando tengamos de nuevo elecciones, los contedientes deberán cuidar muy mucho como discuten en television.
Tendrán que prescindir de los rolletes que casi echaron a perder el programa de tele 5.
Y hacer algo parecido a lo de los americano. Es decir: cosa ligera, no empachosa.