García Martínez – 23 junio 1993
Dicen, aunque no me lo creo, que todas las comparaciones son odiosas. Lo cual no quita para aceptar que algunas si lo son. Odiosas o tontonas. El señor Aznar ha comparado al Gobierno del PSOE con una bicicleta. Y añade que su partido no le pondra en las ruedas. Y que el señor Gónzalez no sabe manejar con pericia el manillar de la gobernación. ¡Válgame San Válgame!
El señor aznar debe de haberse quedado seco de ideas e ingeniosidades mas ingeniosidades. Una campaña electoral como la que ha sufrido, con los cara a cara de la tele y ademas, lo dejan a uno para el arrastre. Esto de la bicicleta no termino yo de verlo claro. Se supone que la bici es el gobierno. Y que los palos en las ruedas son entorpecimientos a la buena marcha. Luego viene el manillar, que es el timon de gobernar. En ese fin, yo qué sé. Esto parece una adivinanza. Y la solución, según yo lo veo, seria la gallina.
De siempre, el Estado se ha comparado con una hermosa nave. Solemne y tal. Como el Eugenio C de los cruceros por el mediterráneo o similar. La gobernación se ejerce desde el puesto de mando. Y el capitan es el presidente del Gobierno. Aznar explica que no dará el follón. Y, también, que no se fía del capitán. O sea, que sabe que la bici (o el barco) no alcanzara la meta cuando el PP no introduzca palitroques entre los radios. ¿no? ¡Esto es tremendo! ¡No entiendo nada! Lloro de rabia. Y no rindo.