García Martinez –6 diciembre 1993
Hay cosas que no se saben por qué son. Pero solo caemos en la cuenta de ello cuando nos paramos a pensar. Lo normal es que todo parezca más o menos normal. ¿Por qué se gana un partido de fútbol? Y la gente se responde: o porque jugaron menos que el contrincante, o porque acompaño la suerte. La siguiente pregunta seria: ¿por qué quienes habitualmente juegan mal (pierdan o ganen, que eso es lo de menos), llega un día en que juegan bien? Es este terreno donde ya empezamos a perdernos.
En el partido reciente de la, así llamada, Supercopa (entre el Real Madrid y Barcelona), los de blanco hicieron, según los especialistas, un trabajo estupendo. Eran, estos chicos, los mismos de otras veces. Y, sin embargo, esa noche se les veía de otra manera: activos, con ideas, luchadores…. Quienes viven alrededor del fútbol- en plan comentadores, digo- sacan a relucir opiniones de todo tipo. Pero lo cierto es que el verdadero porqué de esa transfiguración no lo conoce nadie. Es verdad que Floro (y sobre todo Robinson) darán las pertinentes explicaciones. Mas todo ello no ha de ser sino hablar por hablar.
Es lo mismo que lo de Romario. Dicen que si tienen la pájara y tal, porque en las ultimas semanas está el hombre que no da pie con bola. Algunos lo achacan a que le pesa mucho el trasero. Es una explicación que no convence. Lo que yo digo es que en la vida hay cosas que no se saben.