García Martinez –24 diciembre 1993
Son estupiditos los gobernantes. No se hacen cargos del daño que pueden hacer sus decretazos. Yeltsin dirá que se ha cargado el KGB por tratarse de una institución tenebrosa del régimen anterior. Algo que no encaja bien en la Rusia nueva. Quizás tenga razón. Pero, ¿y las novelas que ya no podrían escribirse, o las películas que ya nadie rodará, tomando como asunto el KGB?
El KGB, al igual que la no menos lamentable CIA, menean e incluso agitan de tal forma las humanas sensaciones, que llegaron a convertirse en material imprecisdible para impresionar kilómetros de celuloide. Con la desaparición (al menos formal) del KGB, ¿en que situación queda su melliza la CIA? Reza la canción que el KGB y la CIA son la misma compañía” referente a la molla, puede que si; tocante a la cáscara, hay diferencias notables. El KGB es una cosa más pesada y lenta. Locomotora. A la CIA, veóla yo más ágil y ligera. Helicóptero. El KGB es de color negro. La CIA, sólo gris( Gris marengo).
Los amigos del cine de espías (que somos legión) hemos perdido mucho al KGB. Podríamos echar mano del Mossad de los israelies, pero no sería lo mismo. ¡Quiá! Americanos y judios juegan en el mismo equipo. Y si a veces tiene lugar algún pequeño rifirrafe, solo es por disimular. El espionaje entre amiguetes puede dar resultados una vez, pero en seguida se acaba el filón.
En fin, mala suerte.