García Martínez -8 enero 1994
Jesús Ferrero no es un conductor de concursos en la tele, sino un novelista bastante potable. Asegura que “la sociedad actual confunde el pensamiento con el sufrimiento”, y que pensar no tiene por qué ser un sufrir”. Quizás se equivoque, pues pensar si es sufrir. Las poquísimas excepciones confirman la regla.
Si piensas, ya sabes que, como primera medida, deberás plantearte las viejas preguntas: “ ¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos?´´. Y ya la tenemos liada. Cualquiera que se ponga a cavilar sobre eso, no tardará mucho en convertirse en sufridor. Pensar y sufrir son la misma cosa. Como nadar y mojarse, bailar y moverse. El personal rehúye pensar. Pudiendo matar el tiempo viendo la televisión –desde luego que sin pensar en nada- ¿qué necesidad tienes (se dice quien más quien menos) de complicarte la vida? La gente que piensa envejece antes. Se pone pansía en seguida. Las conclusiones que se derivan del pensar llevar inevitablemente al pozo de la apatía.
Y sobre todo que, si piensas, no compras. Para comprar hace falta subir escaleras, ir de optimista. De ahí que la publicidad comercial procure siempre presentarnos un mundo color de rosa en el que sin pensarlo quedamos instalados nosotros mismos. Escuchando boleros no se sufre. Al revés: tú te gozas en el sufrimiento sin límites del que canta. El cual arista tampoco sufre porque es sólo un fingidor que usa pajarita.