García Martínez – 17 febrero 1994
El presidente González desea posponer el debate del estado de la Nación para después del 33 congreso socialista. Lo veo bien. Incluso iría yo más allá: ¿por qué no se suspende definitivamente? Pues, a estas alturas de la función, ¿qué coñe hay que debatir?
La Nación anda tal mal, que nadie dejará de estar de acuerdo. Quien más quien menos va por ahí quejándose amargamente. Hasta los que viven del chupe, ya que una economía en dificultades afecta también al sinvergüenza. Si se reunieran en el Congreso para debatir, y subiese al pupitre un opositor diciendo que la Nación anda hecha unos zorros, ¿Quién osaría responder que no es así? Ya sé que hay gente con una tal cara dura que sería capaz de interpretar la réplica. Aquel que estuvo antes, tan fresco, que se llama, creo, Martin Toval. O incluso el propio Solchaga, que se presentó temerariamente por las provincias, horas después de la huelga contra la Reforma Laboral. Ya lo dijo el Guerra:”Hay gente pa tó.” Pero, claro, sería tan manifiestamente ridículo, que no me parece que se vaya a atrever nadie. Con el fin de evitar sonrojos, siquiera por este año podríamos pasar sin estado de la Nación. Felipe, el hombre, lo agradecería.
Y en cuanto a la oposición, ¿qué necesidad tiene, siendo como fue ayer Miércoles de Ceniza, de meter aún más el dedo en la llaga?