García Martínez – 26 abril 2002
Decir que Ana come banana es una solemne tontería. Casi tanto como: «Juan parte leña», que era lo que el maestro nos ponía como paradigma de oración simple. Ahora, desde que se publicó la Gramática del profesor Alarcos, ya ni Dios se aclara. Los amantes de la Lengua hemos perdido el norte. Comprendo que los zagales no gusten de reválidas. Los libros de texto son tan abstrusos, que los estudiantes no quieren ni pensar que alguien les va a preguntar. Lo han enredado todo. Adverbios, solecismos, tildes, sinalefas y demostrativos van cada uno a su aire, como puta por rastrojo, sin que nadie sepa la hora que es. Los didácticos se han cargado el gusto por el lenguaje.
—¿Y qué tiene esto que ver con Anita García Obregón?
¡Ah, conque el lector la llama Anita!
—Bueno, verá, es una manera de hablar. Yo me atengo a lo que diga el señor Ruizvivo, que es quien gobierna este negocio galáctico.
Parecerá excesiva esta repalandoria acerca de cómo han embrollado (y todo por pedantería) la enseñanza de la Gramática. Pero comprenda el lector que con algo hay que llenar. ¿O acaso le vamos a dedicar toda la Zarabanda esta a la Obregón? Pues no sé qué decirle. A lo mejor sí, ya que el mismo Ruizvivo al que he aludido antes la ha contratado para que presente, con el Ramón de costumbre, la Gala de la Región.
—Ya, pero ¿cómo se le hace entender a ella que esto es Murcia y no La Rioja? ¿Quién le meterá en la chola que Caravaca –lugar del evento– no significa lo que parece y que los templarios no son calentadores eléctricos?
Bueno, para eso está la Editora Regional, que puede facilitarle bibliografía abundante. O que se la pasen –no la bibliografía, sino la Ana– al iconoclasta y descreído Martínez-Abarca, con el fin de que este le descubra lo mejor de las tradiciones murcianas, como son la morcilla, las migas de lluvia, el pastel de carne o los paparajotes. En fin, que le muestre todo lo que él considere oportuno, puesto que habla inglés.
Yo no veo mal que Ana García Obregón salga en la Gala. En este tipo de zarangollos tiene que haber de todo. A mí me repatean esos que, cogiéndosela con papel de fumar, piensan que el espectáculo promurciano debería ser presentado por Víctor García de la Concha.