García Martínez – 20 enero 2005
Siempre hubo en los anuncios publicitarios un afán, más o menos oculto, de poner cachondo al espectador medio.
-¿Acaso el espectador medio necesita que lo pongan cachondo?
Hombre. Eso nunca viene mal. De toda la vida, lo que tenga que ver con el tiqui-tiqui siempre es bien recibido. Por ejemplo, la Sharon Stone.
Hay una publicidad que la llaman subliminal, que es cuando te la meten sin que te des cuenta. A ver si lo explico bien: tu consciente no percibe el mensaje comercial, pero sí que se te graba en el subconsciente. Y, claro, como todo lo que está en el subconsciente reside en ti, pues queda ubicado en la mente, aunque tú no lo sepas, pues eso.
-Ahora ya lo tengo más claro.
Si te pasan una película, «Los siete niños de Ecija», pongo por caso, en la que te incluyen un cartel que diga: «Tengo sed de Pepsi-Cola», como pasa tan rápido tú no lo ves y a la salida del cine pides una Pepsi-Cola. No has visto el cartel, pero sí que lo ha trincado el subconsciente este que digo.
Igual que hay una publicidad subliminal, tenemos otra que te pone a mil por hora. Hablo de la erótica. Yo acabo de percibirla en un anuncio que están dando ahora mismo en la tele.
-¿Y qué? ¿Cómo se siente usted?
Pues divinamente, para qué le voy a engañar. Pero aquí sí que lo notas, lo mismo en el consciente que en el subconsciente, aunque un poco más en el subconsciente que en el consciente. Y eso es porque, con tal de vendernos algo, la industria no repara en nada.
-¿Me dirá qué anuncio es ese?
No sé si debo. Pero, vaya, como la jerarquía ya le ha dado el sí al condón, se lo voy a desvelar.
-¿El qué?
El anuncio, joder. ¿Qué va a ser? Sale una rubia que ofrece algo para adelgazar. La moza gasta un pintalabios de esos que producen brillo y te muestra el morrete muy en primer plano. Ese morrete al que aludo no hace más que menearlo la chica, mientras te ensalza las bondades del adelgazante.
El movimiento labial notas tú que, en fin, que te coloca, ¿no? Total que, acabada la función, que sólo dura unos segundos, como estás ya erotizado, aceptas con simpatía el Bio Slim Silueta que anuncia la señorita.