García Martínez – 16 de Febrero 2005
Las candidatas a Reina de la Huerta han hecho, como cada año, su viajecico fuera de Murcia. Lo mismo las mayores que las pequeñas. Este año ha tocado ir a Mojácar, que es un pueblo muy bonito, en la provincia vecina (y me atreveré a decir que hermana) de Almería.
Todo fue bien, como suele suceder en esta clase de excursiones. Bailes, chanzas, risas, gastronomía, bailes y turismo. Con la salvedad de un ligero incidente (ni siquiera tal). El concejal murciano que las acompañaba, el señor Arce, allí donde podía y le parecía oportuno, sacaba a relucir en su discurso el tema del agua.
-Porque Almería también la necesita, ¿no?
Hombre, usted me dirá. Están locos por gozarla. Pero eso no impidió que, como el día anterior, en la capital, el concejal ya dicho reivindicó agua, el alcalde de Mojácar le pidió que no hiciera lo mismo en su ciudad.
Me parece que en la disputa del agua estamos llegando a situaciones de esperpento. El alcalde actuaba así porque -según dijo- en Mojácar gobiernan en coalición el PSOE y el PP. Y sólo por eso ya no es político reivindicar los caudales que una y otra provincia requieren.
Y todo porque los de la izquierda pretenden que el agua venga en aeroplano, y los de la derecha, en helicóptero. Por cierto que el murciano no fue más allá -cuentas las crónicas- de hacer una manifestación de sed (que no de fe), la cual deberíamos compartir todos. Que la traigan como quieran traerla, mire usted, que ya está bien de músicas, pero que la traigan.
Hay demasiados prejuicios partidarios. Muchos y tontos prejuicios, que lo único que hacen es enfollonarlo todo. Pónganse de acuerdo siquiera en lo fundamental: que haya agua cuanto antes. Y ya la forma o modalidad vendrá por añadidura. Pero si las dos fuerzas política más importantes se empeñan en chocar, nos las acabarán dando todas en el mismo lado.
El ciudadano se descojonaría de risa, si no fuera porque sufre, el pobre, cuando el PP reclama: «Agua para todos», mientras el PSOE pretende que «Todos por el agua». ¿Y dónde radica la diferencia? Pues en eso: en que llegue por helicóptero o nos la envíen -pagándola, claro- por aeroplano. ¿Qué listos somos!