García Martínez – 13 abril 2005
Nos vamos a volver locos con la cosa esta del agua. No lo digo en broma. Lo que viene sucediendo desde que se nos negó el Trasvase, parece cosa auspiciada por el Maligno. Esto es ya peor que las siete plagas famosas de Egipto.
Hoy es blanco, mañana negro, al otro azul, por la mañana halago, por la tarde leñazo… ¿Es que quieren aburrirnos? ¿O meter a toda esta gente de Murcia en un manicomio? Por Dios y por la Virgen, que dijo aquel. ¿Es que nosotros no somos tan hijos de las Españas como los demás? Y, a lo último, la ministra Narbona llega y llama mentiroso al presidente de los regantes.
No podemos pasarnos así toda la vida. Los políticos tienen que adoptar decisiones (por lo menos de cuando en cuando), aunque requieran un costo. La solución no es dar una de cal y otra de arena. Ahora digo y después me desdigo.
A mí me parece que nos están toreando a los de Murcia. Y, luego, que no se trata de una corrida de uvas a peras, sino que nos incitan a embestir todos los días. No sabría decir si ese toreo se debe a mala fe o a incompetencia. No quiero creer que sea lo primero, pero es que ya mosquea tanta confusión.
Esto es un sinvivir. Una región que está tratando de salir delante, con cada uno trabajando en lo suyo, no puede estar pendiente de tantos vaivenes. Son ya muchos años pidiendo una miaja de solidaridad. Sólo queremos que se nos dé lo que a otros les sobra y, por lo tanto, se desperdicia.
Dejen ya los partidos de hacer política partidaria, comicial, egoísta. Piensen más en la gente que en ellos mismos. No jueguen tanto con nosotros. Se impone que, de una vez por todas, haya sinceridad y claridad en el Gobierno de la nación. Es una estupidez improductiva andar de rifirrafe en rifirrafe. Un día sí y el otro también.
La discusión sobre el problema del agua no tendría por qué ser eterna. Tenemos todos otras cosas que hacer. Hay que poner la entera realidad sobre la mesa. Y no levantarse de la silla mientras no se haya llegado a una conclusión que permita saber a qué atenerse.
Lo último, ya digo, ha sido la trifulca entre el presidente de los regantes murcianos y la Ministra, por entender aquel que esta lo llamó mentiroso.
Todo es un sinsentido.