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Carmen Castelo

Las Zarabandas de García Martínez

Desayuno con diamantes

García Martínez – 14 abril 2005

La ministra Narbona tuvo anteayer, en el aeropuerto de San Javier, lo que se dice un desayuno con diamantes, pues le cupo el honor y el privilegio de que se lo sirviera un guardia civil. Esto lo contaba ayer en La Opinión el compañero Ángel Montiel.
Hombre, en este caso y lugar, no veo demasiado mal lo del guardia. La ministra tiene que tomar sus precauciones. Porque ¿quién te dice que, tal como están las cosas, no llega un regante y -aunque se llame Del Amor- le pone algo malo en el café con leche? Y aún peor sería que le colara en la bandeja un vaso con agua desalinizada.
De los regantes cabe esperar cualquier cosa, excepto que consigan, los pobres, poder regar tranquilos. Cuando digo tranquilos quiero decir con agua suficiente. Sin que se desborde la cieca, como se desbordaba en otros tiempos felices, pero procurando que el hilo sea un hilo como Dios manda.
Sucede también que estamos hablando de una dama, como es la señora Narbona. Eso ya casi justifica que el guardia le lleve el desayuno. No se trata de una obligación, sino de una cortesía. Si yo fuera guardia, que a punto estuve, también se lo serviría.
No me veo dispuesto, en cambio, a ser tolerante o misericordioso si el destinatario del desayuno fuera un ministro. O sea, un tío de pelo en pecho. Que algunos hay que pretenden servirse de los guardias para empezar el día con fuerzas renovadas.
Esta mala costumbre viene de cuando Franco. En el estamento militar, el jefe usaba al soldadito para que le asistiera. A él y a su familia. Pues, además de tener que limpiarle el payo las botas, el asistente barría el saloncito y llevaba a los nenes al colegio. Yo mismo, siendo guripa, le tenía que recoger todos los días el pan a mi comandante mayor.
Se conoce que, como los guardias civiles son todavía militares, la figura del asistente la mantienen los políticos democráticos en beneficio propio.
De modo que, en comparación, lo que pasó con la Narbona es sólo un mal menor, una mera mecánica. Lo tremendo sería que afectara a la entera clase, cuya mayoría sigue siendo masculina. (Aunque por poco tiempo). Una vez que todos los políticos sean mujeres, estará justificada una tropa o tropel de guardias civiles que les darán de desayunar.

 

 

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Sobre el autor

Esta página contiene las Zarabandas publicadas en el diario La Verdad desde 1964 a 2005. Es una de las propuestas que surgió como consecuencia del trabajo de investigación que dio lugar a la tesis doctoral 'Análisis e interpretación de la columna de opinión en la obra periodística del murciano José García Martínez', que defendí en 2015 en la Universidad de Murcia y que obtuvo la calificación de 'Sobresaliente Cum Laude". La tesis analiza 300 columnas de opinión de García Martínez, publicadas entre los años 1975 y 2010, para identificar las particularidades y características en cuanto a temas, enfoque, estructura y lenguaje. http://www.tdx.cat/handle/10803/300306


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