García Martínez – 10 julio 2005
Mande? Ha leído bien quien leyere: el bolo ruminal. Así es como se llama el chisme acerca del que vamos a hablar hoy. Pero sépase que no es cosa mía. Lo digo para que no se me eche la cabra encima.
La cosa es que se han presentado en casa unos señores de parte del Estado -de Zapatero, en definitiva- para instalarle a la cabra un bolo ruminal.
Y, como no podía ser de otro modo, se ha montado la de Dios. Estas personas que digo son educadas, eso quiero aclararlo desde el principio. Dicen que cumplen órdenes. O sea que han reculado un tanto y se han curado en salud, cuando han visto la reacción de la cabra.
-¿Es que se trata de una cabra loca? -me ha preguntado en un aparte uno de los enviados.
«Pues, verá usted -le he respondido yo-. Ya sabrá que las cabras andan todas tocadas de la perola, aunque, eso sí, unas más que otras. Y esta mía, no diré que sea cuerda del todo, pero, vamos, tampoco está para encerrarla».
Aquí lo que está pasando es que los mandamases han ordenado que se les cambie a las cabras al antiguo carnet de identidad. Hasta la fecha lo llevaban colgado de una oreja: una chapita, en fin, de color amarillo, en la que aparecen sus datos personales, si se me permite decirlo así.
Ahora pretenden que el DNI lo lleven los rumiantes, que así los llaman peyorativamente, en uno de sus diferentes estómagos. De modo que el DNI nuevo hay que tragárselo. Y aquí es donde empiezan los problemas. El bolo ruminal, como lo denominan, es un chip que va dentro de una cápsula de cerámica.
-¿Y cada vez que haya que enseñárselo al guardia, hay que vomitarlo?
No. Existe un detector que se le arrima a la panza del bicho y registra los datos. Todo muy digital. Y la cabra dice que ella no se traga nada, si no lo ha rumiado primeramente. Pero, claro, si mastica, se carga la cápsula y el chip.
-Entonces, ¿qué?
Pues, mire, no sé por dónde vamos a salir. Ella se niega en redondo y los técnicos argumentan que tienen que cumplir con su deber. Un solución intermedia sería, una vez que Zapatero ha regresado de Singapore, ver si, puesto que esta puta cabra es medio humana, se pudiera hacer con ella una excepción. La verdad es que estoy hecho un lío