García Martínez – 20 julio 2005
Ya, ya sé que lo facilón sería decir de los enamorados, como la añeja canción reza, pero no caeré en esa trampa, que ya me he hecho mayor.
El lector tendrá que perdonarme, si quiere, la insistencia. Pero es que, para los de aquí de Murcia, la entrevista de hoy en Moncloa, entre Zapatero y Valcárcel, pues tiene su importancia.
-¿Dejarán entrar a Pedro Saura?
No creo. Eso sería salirse de la norma. Recuerde usted que el Presidente de la nación de naciones recibe por separado a Maragall y a Carod. Y eso que estos dos son primos hermanos, a ver si me comprende usted. Pues ni un así.
¿Qué podemos hacer nosotros, desde la provincia, para que el encuentro propicie una miaja de humedad, al margen de que el uno y el otro vayan o no al servicio?
-Allí en Moncloa tiene que haber muy buenos servicios.
Hombre, ya lo creo. Y le voy a decir un cosa: Saura y Zapatero sellaron su mutua amistad en el urinario del Auditorio Víctor Villegas. Y no se me achaque malicia ninguna, pues me lo contó el propio señor Saura.
-Es que, claro, cuando uno le cambia el agua a las olivas, se queda descansado y la mente discurre mejor.
Sin apreturas, que se dice. Pero mi pregunta era: ¿qué haremos los murcianos desde nuestra humildad para que todo salga bien?
Encender cirios no lo veo oportuno con la que está cayendo. Es que, en cuanto que te descuides, nos metemos en los cien grados. Rezar, puede que sí resulte conveniente. Si La Fuensanta, pobrecica mía, no consigue traer la lluvia, a ver si por lo menos influyera en el talante de Zapatero para que le dé aire (o mejor, caudal) a la cieca.
Tal como están las cosas, no parece que deba uno ser demasiado optimista. Para colmo, el maldito incendio de Guadajara ya se ha metido en el Alto Tajo. El agua que quede en los embalses tendrá que ser para los bomberos. La cuestión es que, sin ánimo de ser derrotista, siempre nos toca bailar con la circunstancia adversa.
Ocurre también que este tiempo que padecemos ahora no es el más adecuado para que las cabezas rulen bien. Si todavía fuese en Navidad, nos podría caer algún mantecao. Por eso, mi pronóstico es: palillo y flor de malva.