La hermosa siesta
García Martínez – 27 julio 2005 Nada, que no. Ayer no pude dormir la siesta, pendiente como estaba de la salida del Discovery. Cuando por fin se disparó (o lo dispararon, que en esto nunca se sabe), eran ya las cinco menos cuarto, hora local. Y, a esas alturas de la tarde, el duro trabajo cotidiano […]