García Martínez – 23 octubre 2005
A mí, el tripartito no me produce ni frío, ni calor. Si digo la verdad, me la repampinfla. Fíjese: me dicen que va a venir a verme, aquí a las Torres, el gordo Carod o el inefable Maragall, y es que no siento nada. Como si se operan.
Ahora bien, cuando las cosas son como son, hay que aceptarlas.
-A servidor tampoco le duelen prendas.
Ya, ya lo sé. El lector es la leche, digo de comprensivo. Entonces, ¿qué pasa? Pues que, desde que gobierna el tripartito, no para de llover en Cataluña. Con esto no quiero decir -líbreme Dios- que el Ejecutivo de Valcárcel sea inoperante. Si a eso vamos, también tendríamos que decir que La Fuensanta no opera. Y hasta ahí, no.
Es algo innegable. No hay día en que las inundaciones no coloquen a los catalanes con el agua al cuello. ¿Hay que adjudicar el mérito al tripartito? En esto como en todo hay que remitirse a los hechos, que son los que cantan. Y ese canto nos dice que, sin el tripartito, en Cataluña no llovía.
-Hombre. En Castellón y Valencia sí que llueve.
Ya, pero menos. No es comparable. Me pregunto cómo podríamos tener en Murcia un tripartito. Y me respondo que de una sola manera. Habría que juntar -e incluso revolver- a los tres partidos que aquí funcionan, es un decir.
-Eso es imposible.
Más despacio, amigo. Yo no digo que tengan que asociarse por propia voluntad. La unión tendría que venir forzada por la necesidad. Como ha ocurrido en Cataluña. O sea: de no cogerse de la mano los tres de aquí de la zona, todos irían, además de al Infierno, a la debacle. A la autoextinción. Por la sequía.
Esto sólo podrá conseguirse cuando el pueblo se harte de ver que las cosas no acaban de arreglarse. Cuando el desierto llegue al barrio del Carmen, la gente dirá que ya está bien de tonterías. Verás tú lo que pasa cuando estés en el Drexco tomándote un café y aparezca un camello pidiendo un vaso de agua.
El personal se alarmará. Los propios políticos -pues tan tontos no son- entenderán que tienen los días contados. De modo que, si estando separados no llueve, no podrán hacer otra cosa que agruparse y apencar todos como un solo hombre. Pues, con tripartito, llega y llueve.