García Martínez –19 diciembre 2005
Al señor Santiago lo tenemos ahora mismo en Murcia muy, pero que muy de actualidad. Primero fue el obispo Reig, que arribó a la Diócesis, como Santiago, en un barco que atracó en Cartagena. Y ahora tenemos que el escultor Quirós Illán está trabajando en un monumento al Apóstol, para la ciudad antaño departamental, por así llamarla.
Comoquiera que, cuando las barbas de tu vecino veas pelar, deberías poner las tuyas a remojar, la ocasión la pintan calva. Quiero decir que también aquí en la Murcia centralista necesitamos un Santiago que esté bien.
-Bien mirado, ¿quién no necesita un Santiago?
Esa es otra. Todos tenemos la necesidad. Pero no un Santiago que cierre España, sino que la abra. Contrariamente a lo que pretende, aunque parezca lo contrario, el Estatut catalán.
Vengo diciendo desde hace siglos que el imafronte tan barroco de la catedral de Murcia está pidiendo a gritos un Santiago. Y no porque lo diga yo, sino porque el que hubiera en tiempos pasados se cayó al suelo y se rompió, aunque no completamente. Debe de andar metido en alguna nave. Pero no nave de navegar. Antes bien de guardar en ella los trastos viejos.
Tenemos, pues, dos apóstoles por falta de uno. El Santiago cartagenero y el del acuarelista Angel Esquembre, que ha acuarelado todos los pueblos de la provincia. En uno de sus cuadros, trasladado a tarjeta postal, se ve la fachada catedralicia, con su Santiago allí en lo alto. Se trata de un Santiago virtual. Y así parece que va a seguir de por vida, visto que ni la autoridad civil, ni la militar, ni la eclesiástica parecen interesadas en que luzca el tan españolísimo personaje.
-Hacemos mal, porque mira Galicia que, de no ser por el Apóstol, se quedaría en nada.
Bueno, tampoco es eso. Pero, en fin, se acepta.
Esto que se pide costaría cuatro perras mal contadas. Pero he aquí que a los mandamases sólo les interesan los proyectos millonarios. Todo lo que sea pequeño, aunque bonito, más bien se la repampinfla.
No seamos tercos en la inanidad. Devolvamos al imafronte lo que es el imafronte, y Dios con nosotros, amén.