García Martínez – 27 diciembre 2005
Se podrá o no creer en su existencia -que eso ya es cosa de cada particular-, pero lo que todos tenemos claro es que el Señor no es tonto. Y, por lo mismo, cuando alguien está haciendo lo que no debe, te da un aviso.
-¿Como en los toros?
(Pues más o menos. ¿Dónde se produjo el desplome del helicóptero en el que viajaban la Esperanza por Dios y Rajoy? Justo encima de un coso taurino. O sea, que nada. Las cosas son como son y ellas solas cantan.
Los accidentes de aviación en los que se han visto implicados, bien que sin bajas, conspicuos elementos -más una elementa- de la política española, son claro síntoma de lo que digo.
Vamos a recordarlos, aunque están en la mente de todos y principalmente en la de sus protagonistas. Tenemos el ya mentado de Rajoy y Esperanza por Dios. Y, en seguida, viene Bono con el aparato que se esfaró y se salió de la pista allá en Bosnia.
Los politólogos, que para eso están, sugieren que el accidente de Bono es una consecuencia del otro. Como bien se sabe (y se sufre) los partidos mayoritarios, como lo son el PP y el PSOE, andan siempre a la greña y queriendo demostrar que los unos son mejores que los otros. Al producirse la caída de Esperanza por Dios y Rajoy, los socialistas se dieron cuenta de que eso le daba puntos al PP. No por nada, sino porque se generó en el pueblo una inevitable simpatía hacia los sobrevivientes.
Salvo que se trate de un hijo puta redomado, quien más quien menos se pone a favor de las víctimas, aunque leves, de un accidente que pudo ser fatal. De modo que Rubalcaba le mandó a Zapatero que le dijese a alguien importante del PSOE -menos al propio Rubalcaba, claro- que sufriera un cebollazo de parecida índole. De ese modo compensarían la pizca de popularidad que le dio al PP la cosa del helicóptero que se escoñó
Le elección fue sencilla. Si Bono anda volando esos días, el más indicado para accidentarse no podía ser otro que este ministro tan curioso. Y entonces pasó lo del Hércules. Como el propio Bono viajaba en la cabina, con que le diera una patada al sistema de frenado sería suficiente para salirse de la pista.
Sin embargo, lo que yo creo es que Dios les está avisando por lo mal que lo están haciendo, los jodíos de ellos.