García Martínez – 2 abril 2005
Para que vea mi lector querido hasta qué punto le soy sincero y leal, confieso que la Zarabanda que publiqué ayer es un petardo. Parece mentira que, llevando tantos años en esto, me pase una cosa así. ¿Joder, qué mala! Insulsa, deslavazada e infumable. Peor aún en la forma que en el fondo. Usted me dispensará, si hace el favor).
Los murcianos que van por la vida de buena fe, los mismos que piensan que lo del Ebro ha sido sólo un mal paso, dirán: «Bueno, ya hemos liquidado las fiestas. Terminó la diversión». Y se equivocan. Porque los políticos -desde sus altas tarimas y poltronas- no pueden permitir que sus ciudadanos pierdan la alegría. Por eso, de cuando en cuando, inventan algo para que estemos entretenidos y muertos de risa.
Esa es, que no otra, la finalidad del famoso video que ha editado Aznar, para que tengamos esparcimiento y marcha hasta la Feria de Septiembre. Porque esa producción cinematográfica -¿je!- se ha hecho para que dure. Y para presentarla a los próximos Oscar.
La película la firma FAES, que es una fundación del PP. Pero, en la realidad, la ha producido el Rodríguez aquel que fue portavoz del ejecutivo pepero. La inspiración-dirección ha estado a cargo del propio Aznar. Y la producción va finalmente a nuestro cargo. Como siempre.
Lo que menos importa es el contenido, pues, en lo cinematográfico, poco se puede esperar del tándem ya mencionado. Lo que cotiza es el follón que se acaba de liar. Viene a ser comida que se echa a los tertulianos, a los columnistas y otras gentes de mal vivir. Y también, desde luego, al pobrecito pueblo, que -comoquiera que la autoridad no le arregla sus asuntos-, ha de conformarse con el documental lo mismo que antes se conformaba con el NO-DO.
Déjense Rubalcabica, y María Antonia Iglesias y Haro Tecglen de levantar los brazos para mesarse el pelo. El video no trae mensaje de mayor enjundia, pues cada españolito tiene formada su propia opinión sobre lo del 11-M. Lo único que pretende (y esto hay que agradecérselo a Aznar) es darnos distracción y cachondeo, en un mundo que nos agobia cada mañana con tantísimos problemas que nadie resuelve.
(Digo que esta Zarabanda de hoy ya parece un poco más graciosa).
-Sí, mas no demasiado. Tómate algo.