García Martínez – 2 diciembre 2005
Nadie en este mundo está libre de mimetizar los latiguillos de otro. Si los políticos -pues que de ellos hablamos para variar- no cuidan el lenguaje, a lo último acaban diciendo todos lo mismo. Si no en el fondo, en las formas. Eso es de cajón.
Anteayer, por no ir más lejos, Pedro Saura, líder de los socialistas murcianos, aun cuando tiene mucha labia, despidió así unas declaraciones suyas: «Y no tengo nada más que decir».
Está claro que, con esa expresión, imitaba a don Fraga Iribarne. Desde luego se registra una diferencia entre uno y otro, pero sólo superficial. Fraga lo dice así: «Y no teo ma quecir». En tanto que Saura, lo manifiesta del modo ya expresado: «No tengo nada más que decir». Es probable que este último cambie el más por ma, o sea: «No tengo nada ma que decir», pero eso se debe a su murcianismo torrepachequero. Aquí en Murcia nos comemos, además de unos marrones tremendos (como la derogación del trasvase), alguna que otra letra. Pero eso tiene que ver con nuestro particular acervo.
El problema es el siguiente: ¿Debe Saura imitar a Fraga? Yo no lo sé. Aparte de que me da lo mismo. Ahora bien, las bases suelen ser muy sensibles con estas cosas.
-A la base se la repampinfla.
Tampoco es eso, ¿eh? En la política, cada maestrico ha de tener su librico. Si confundimos las cosas, nos acabará pasando lo que a los socialistas y a los conservadores alemanes: que se han repartido la gobernación como buenos hermanos.
-A la fuerza ahorcan.
Bueno, sí, pero a la postre ahorcan, es decir, gobiernan en paz y concordia, que es de lo que se trata.
-¿Y podría darse algo así en España?
Hombre, por las trazas no lo parece. En política no existen imposibles. Sería una manera de sacudirse la intolerable presión de los republicanos separatistas. Porque, vamos a ver, señor Saura, señor Fraga, ¿dónde se registran mayores diferencias: entre PSOE y ECR o entre PSOE y PP?
-Ahí, ahí le duele.
Por eso digo. Hay un riesgo. Y es que, si se juntan PP y PSOE, pueden terminar gobernando como gobernaba Franco. A golpe de ordeno, mando y todo bien atado.
Cada cosa tiene sus riesgos.