García Martínez – 10 enero 2005
En los últimos tiempos se ha puesto de moda la información económica. Que no la llaman así porque sea barata, sino porque se refiere a los eventos de la economía.
La gente del capital ha montado su propia jerga. Un lenguaje que, para casi todos los mortales, resulta más críptico que otra cosa. Pero, vaya, como la costumbre hace ley, son muy pocos los que apagan el chisme cuando conectan con la Bolsa. Desde allí, el informador no se cansa de hablarte de cómo está el parqué. «Hoy ha estado movido el parqué» -dicen. O no lo ha estado. Yo, la verdad, no entiendo a quien le puede interesar una cosa tan tonta como el parqué y que, además, se pone para que lo pise todo el mundo.
La cosa es que la palabra ha tomado tal carta de naturaleza, que hasta el Diccionario la acepta como «recinto donde se realizan las operaciones de bolsa». Y, también, «conjunto de valores bursátiles». Eso para que te vayas con los soldaos. Yo acepto que mi compañero Gregorio -que lleva la sección de economía en el periódico- se sepa al dedillo todo este vocabulario. Pero nosotros, los que no comemos de eso, ¿a cuento de qué perder el tiempo en tales nonadas?
Imagine el lector que, en la barra del bar, escucháramos el siguiente diálogo:
-Oye, tú, ¿a cómo dices que está el barril de Brend esta mañana?
-Pues, mira, no lo sé -interviene el dueño del establecimiento-. Pero espera un momento a que venga el pinche, que lo he mandado por perejil, y él te informará.
-No, es que yo soy muy delicado. A mí me ofrecen otro que no sea Brend y digo que no. Las cosas, claras.
-Hombre, eso depende de lo que tengas por costumbre. Si tú te has hecho ya al Brend, aunque te regalen otro mejor no lo aceptas. A mí me pasa lo mismo.
Pues esto lo escucharemos algún día no muy lejano.
-¿Y qué me dices del Ibex-35?
-¿Coño! El Ibex-35. Ese ya es la leche. A mí, sin embargo, el que me va bien es el IBEX-36. Es que me hincho a tomar Ibex-36 y no lo repito, ni nada. Mientras que el Ibex-35 me produce unos retortijones que por nadie pase.
-En mi caso particular, regüeldos.
-¿Y en el mío, ya lo creo!
En fin, así vamos tirando, mientras la globalizacion globea, la muy globera.