García Martinez –4 diciembre 1993
Un muchacho de Cieza me ha traído regalicia. Se conoce que pensó: “A este, como es tan rustico, le gustara” Me la presenta en forma de gavillita: puros gordos, medianos y delgados (O sea, en plan surtido) atados con un hilo. Está bien pensado: es una especie de rancho, con tamaños y calidades diversas. De esa forma se le da salida a toda la mercancía. Y el que la quiera gorda, pues que la pague más cara. También es ver que hay personas que la prefieren finita, como, por ejemplo, los aristócratas.
Un muchacho de Cieza me ha traído regalicia. Se conoce que pensó: “A este, como es tan rustico, le gustara” Me la presenta en forma de gavillita: puros gordos, medianos y delgados (O sea, en plan surtido) atados con un hilo. Está bien pensado: es una especie de rancho, con tamaños y calidades diversas. De esa forma se le da salida a toda la mercancia. Y el que la quiera gorda, pues que la pague más cara. También es ver que hay personas que la prefieren finita, como, por ejemplo, los aristocratas.
Un muchacho de cieza me ha traido regalicia. Se conoce que pensó: “A este, como es tan rustico, le gustara” Me la presenta en forma de gavillita: puros gordos, medianos y delgados (O sea, en plan surtido) atados con un hilo. Está bien pensado: es una especie de rancho, con tamaños y calidades diversas. De esa forma se le da salida a toda la mercancia. Y el que la quiera gorda, pues que la pague más cara. También es ver que hay personas que la prefieren finita, como, por ejemplo, los aristocratas.