García Martinez –29 diciembre 1993
He aquí el primero entre los muchos problemas que nos traerá el 94. Observan cómo- por ser asunto de tanta transcendencia- se adelantan a su tiempo, y se nos aparece ya en las postrimerías del 93. Esta es la cosa: ¿Dónde se le debe instalar la tilde a la niña?
De toda la vida de Dios, jamás se le puso tilde a la hija de Isabel Preysler y Julio Iglesias- no de Boyer, como algunos creen equivocadamente. Era, simplemente, Chabeli. Ahora, sin embargo, esa especie de oráculo que es el diario de el País le asigna tilde a la chica. Y la ofrece en sus paginas como Chábeli. A mi no me parece acertado. Por esa misma regla de tres, Isabel (su madre) debería ser Isabel, con acento en la i, y su Boyer (su padrastro) tendría que responder por Bóyer, con toda la carne puesta en el asador de la O. Bien haría el periódico madrileño tentádose a la ropa, atándose los machos, antes de propiciar una polémica de tan grande proporciones. Convertir de pronto a Chábeli en Chábeli puede llevarnos a enormes desajustes. Y no esta el horno para bollos, según acaba de confirmar el ministro de economia, guardarme la cria.
Si, como ya pretenden algunos desestabilizadores, hacemos la oportuna translación y generalizamos, podemos acabar llamándole Félipe al presidente del Gobierno. Hubo un tiempo en que muchos españoles, le decían mendigo al mendigo, o Dámaso a Damaso Gonzalez. ¿y que tal nos iba?. Fatal.