García Martínez – 15 noviembre 1993
Comentaba el comensal, mientras le mordía en un muslo al pollo entomatado: “!Mira que sí, con lo mal que juega, todavía ganase la Liga el Real Madrid!”. No resulta descabellado suponer que así sea. Por si aprovecha de ejemplo, la otra noche, a lo tonto a lo tonto, ya vio usted cómo le hizo morder el césped al Valencia.
Les ocurre a los blancos lo mismo que al PSOE: no juega nada bien, pero, cada vez que hay elecciones, se lleva el título. ¿Por qué será esto? A lo mejor es que la gente imagina que quien fue guapo una vez, ya siempre lo será. No habrá desgaste, ni siquiera por envejecimiento, para quien en una ocasión logró encandilar al maserío. Como se ha demostrado, con estos dos que digo –PSOE y Real Madrid-, todo es posible en Granada. Hay una especie de colectivo morbo a favor del triunfador. Una tendencia a reconocerle ya para siempre el éxito de aquel día. Lo cual no está mal, si consideramos lo difícil que es llegar a lo más alto, a la condición de divo, sea en fútbol, sea en política.
El vulgo –es decir, todos nosotros más los intelectuales- no puede dejar de creer que donde hubo, siempre queda. De modo que, con un poco de suerte, se puede ir viviendo de la fama durante muchos años. Este Real Madrid no es el de entonces, eso está claro. Y este PSOE no es tampoco el del 82 .
Pero, en fin, las cosas son como son. Y el que se ría, que lo pague.