García Martínez – 16 enero 2005
La acabarán haciendo sucia, no dirá usted que no lo aviso. Hay ciertas cosas que no conviene tocarlas.
-Los cuernos, por así llamarlos. Tocándolos crecen más deprisa.
La verdad es que lo ignoro, pero si el lector lo dice, santa palabra.
Bueno, pues peor aún que tocar los cuernos, es tocarle al Universo. Por ejemplo, llenar el éter de chatarra espacial, como lo han llenado. Incluso hollar la Luna. Sí, será todo lo espectacular que usted quiera, pero, a la postre, ¿adónde nos lleva el gesto? ¿Cuáles habrán sido sus consecuencias? Porque seguro que las hay.
Si a nosotros, digo los humanos, se nos colocó en un planeta concreto, veo temerario salirse de ese ámbito. Todavía los aviones, bueno, bien, circulan dentro de la atmósfera, y la atmósfera se puede entender como perteneciente a la Tierra. Pero, más allá de eso, vamos, quite usted. Vete tú a saber si algunas de esas catástrofes que llamamos naturales no son un castigo divino -o de Quien Corresponda-, por haberse metido el hombre en camisas de once varas.
El calentamiento que padecemos y el deshielo en los círculos polares, ¿no tendrán su origen en el orgullo espacial del terrícola? Esto es lo que pretendo señalar. El riesgo que significa escaparse de donde lo tienen a uno encerrado.
Eso de momento. Pero ahora viene la segunda parte. Porque, quieras que no, todo tiene su segunda parte. Y segundas partes -lo dice el adagio- nunca fueron buenas. Lo que se les acaba de ocurrir (y de emprender) lo veo todavía más lamentable. Porque se trata de pegarle un cebollazo a un cometa para hacerle un cráter y analizar los materiales.
Lo mires por donde lo mires, esto puede ser entendido desde el Universo -e incluso desde más allá- como una agresión. Una guerra sucia, no declarada de antemano. Aquí ya no se trata de estudiar, sino, como digo, de agredir.
¿Cómo se lo va a tomar el creador o el inventor de todos los mundos? Aquí es donde veo yo el peligro, al que hay que añadir la chulería de hacer que el impacto tenga lugar el 4 de Julio, que es cuando se celebra el Día de la Independencia de los Estados Unidos. Ya veremos si, en lugar de diversión y jarana, lo que se nos viene encima es ni más ni menos que la fin del mundo.