García Martinez
SALVO variaciones de última hora, de los dieciocho miembros del nuevo Gobierno, nada menos que la mitad lucen barba. Esa abundancia de barbados responde a una estrategia bien pensada y repensada. Felipe ha dicho aquello de “para c…,los míos´´. Lo cual da como resultado que los guerristas queden fuera de juego. Pero, con el fin de no dar la impresión de que eso es así, ha elegido a nada menos que nueve peludos.
Ahora viene la explicación, los guerristaspresumen de ser gentes muy de progreso. (Cómo si los demás, incluido el PP, estuviesen buscando volver a las cavernas). Y el signo de progresía por antonomasia –no estando, como no lo está, en los hechos- radica en la barba. De manera que, en la apariencia, el Gabinete de Felipe González, al mostrar nueve con pelos, da la impresión de un cordial fifty–fifty entre guerristas y renovadores. (Para que luego digan que los políticos no piensan).
Las mujeres constituyen una sexta parte. Esos tres rostros sin vello, más los seis de los caballeros sin barba, compensan con creces la mera presión de imagen de los nueve barbudos. De ese modo, y bien mirado, ni siquiera formalmente se les da cancha ninguna a los seguidores de Guerra. Estas consideraciones tan finas y filosofantes no las encontrará el lector en los periódicos de Madrid. De donde se deduce que la prensa regional, bien que provinciana, es la leche.