García Martínez – 12 mayo 1993
El ministro Solé Tura, que anda de visita por la zona, asegura que va a publicar una Carta de los Derechos Culturales. Se acompañará la misiva de un mapa, en el que aparecen todas las instalaciones de esa clase que hay en España.
-¿Y qué?
-¿Cómo que y qué?
Dice usted una Carta de los Derechos Culturales, en la que se contienen, supongo, todos los derechos culturales del ser humano.
-Del ser humano español.
-¡Hombre, claro!
Pues seguro que la editarán en papel couché y cuatricromía, que es corno se suele editar lo cultural, ¿no? Para que se vean bien las vistas. La obra costará un pastón, pero, eso sí, todos nosotros sabremos cuáles son exactamente nuestros derechos culturales. Lo primero que necesita uno para tener mejor derecho a una cosa es saber a qué cosa tiene derecho uno. Servidor siempre lo ha dicho. Y me alegra mucho que Ministro piense corno yo, que no dejo de ser un señor de provincias.
La única pega que le veo yo al proyecto es que, si se gastan todo el dinero en explicarnos cuáles son nuestros derechos culturales, pues no les va a quedar nada para atender los tales derechos. Pero, oye, ministros tiene el Gobierno y ellos sabrán.