García Martínez – 28 enero 2005
En estos tiempos que corren, el que no se casa es porque no quiere. Antiguamente, los pobres novios tenían que esperar años y años a que sus madres les hicieran, puntico a puntico, lo que se llama el ajuar. Pero, hoy, con la cantidad de comercios que relucen en las ciudades, la cosa es sencilla. Ahora todo se compra, porque las mamás ya sólo cosen para hacer un tapetito. Con eso piensan que cumplen.
Pero comoquiera que el progreso anda imparable, los del sector le han dado una vuelta más a la tuerca. Así tenemos que existen certámenes, o ferias, o como se diga, donde, en un cierto foro, te ofertan todo lo que puedas necesitar pasa casarte.
En Jumilla -fíjate tú- funciona una cosa que le llaman ExpoBoda. Me dicen que no existe otra en la provincia. Además, esta que digo se dispone a celebrar ya su segunda edición, durante los próximos sábado y domingo.
Yo lo veo bien. El año pasado, aprovechando el matrimonio entre Doña Leticia y Don Felipe, ExpoBoda (que no es sino una asociación de comerciantes) le hizo a la pareja un regalo.
-Sería vino.
Más bien. Fue un tonel de madera, tallado con sus nombres y la fecha del enlace. Amén de un lote de ciento cincuenta botellas de todas las bodegas jumillanas. O sea que, lo que es de vino, la pareja anda bien servida. Que se acaba la mercancía, pues se manda más.
Con esto y con otras actividades, parece que Jumilla despierta de un largo sueño, durante el cual sólo producía emigrantes. Los vinos que ahora salen de aquellos pagos ya no son graneles de taberna pagados a perra gorda. Según numerosas y atinadas opiniones, pueden competir con los de Rioja y Ribera del Duero. Y, desde luego, con esos otros de la Francia vecina, en los que es especialista el famoso ministro Moratinos.
Ahora se trata de llegar y casarse. Me refiero en el sentido moderno, pues ya nadie (o casi) se lleva a la novia a los Baños de Mula. Pero, incluso después de estar en los Baños, si se desea arreglar el tema en dos horas, coges de nuevo a la moza y os largáis a Jumilla. Este certamen, como todo lo que se mueve, requiere el apoyo de la autoridad regional competente. De momento, el pintor Bartolomé Medina ya ha colaborado, haciendo el cartel anunciador.