García Martínez – 13 octubre 1993
Políticos muy relevantes muestran dientes muy sucios. Incluso demasiado sucios para su edad. Principalmente Solchaga y Felipe Gonzalez. Los incisivos inferiores de ambos son auténticos basureros. Lleno de pintadas. No se trata de enfermedad, que ya lo he preguntado a expertos que merecen mi confianza. Es que no limpian los dientes con frecuencia debida. Y de ahí que se les salga el sarro hasta las orejas. Y esto no se puede tolerar. Al menos en una democracia como dios manda.
Ahora que anda portavoz del grupo parlamentario- y tendrá que intervenir mucho desde el pupitre del congreso-, Solchaga debe poner los medios para que, cuando abra la boca, no se le marche la estampida la oposición. Que esto no es economía y hacienda, donde vale todo. Acerca del presidente, cabe decir lo mismo, solo que todavía con más énfasis. ¡Qué dentadura tan impropia de un hombre de estado! Es lo que pienso y no acabo de entender como los dejaron entrar en la Comunidad Europea con unos dientes así. Viven muy ocupados y preocupados entre dos personajes, lo sé muy bien. O eso al menos lo que aparentan.
Pero, estando como esta ahora el país hecho unos zorros, ¿Qué mas le da al contribuyente que estos hombres dediquen unas horas a ir al dentista? Total, el paro va a seguir subiendo….
“Tocante a los dientes, no solo hay que serlo, sino que también es preciso aparentarlo. (del libro de la higiene).