García Martínez – 12 mayo 2005
Dios de los Cielos! Ahora sí que la tenemos liada. Aunque esto se veía venir. Tal como se estaban poniendo las cosas, sospechábamos que acabaría ocurriendo.
-Suéltelo ya, hombre.
Pues que la Mancomunidad de los Canales del Taibilla propone no dar agua a nuevos complejos turísticos. Como consecuencia de la sequía, dicen, y de manera temporal, añaden, pero el anuncio no me gusta un pelo.
-Lo veo a usted muy alarmista.
No, mire, no soy de esos. Al revés. Como todo el mundo hace de mí lo que quiere, justifico incluso lo injustificable. Y así me va. Bueno, dejemos el rollo.
Me creo, porque lo dice la entidad, que la sublime decisión no es algo definitivo. Pero, como dijo el otro, mala cama tiene el perro. Ignoro si una medida semejante se ha tomado alguna vez, pero, aunque fuese así, se trata de una noticia fea, de esas que, quieras que no, te deprimen. Porque, claro, ves venir lo que se avecina. Y esto que se avecina no tiene buena pinta.
Lo que jode es que, mientras nuestro desarrollo como Región se frena peligrosamente, en otros lugares de España se sigue tirando el agua al mar. Y te da rabia que estas cosas sucedan, porque unos señores de un partido independentista catalán han puesto sus inesperados votos encima de la mesa. O, por ser más concretos, sobre la chepa del Gobierno central.
Toda esta cosa de las desalinizadoras, pues, bueno, vale, pero más como parche que como solución definitiva. Ni está del todo claro que esas aguas no se carguen ciertos cultivos -como los cítricos-, ni está demostrado que la desalinización provoque menos daños al medio ambiente que el trasvase desde un río más que caudaloso.
Y a lo último tenemos lo tocante a los informes de los técnicos. Da la impresión de que, en general, casa cual patrocina las teorías que más convienen a su propósito. La cosa es que el panorama está cada vez más negro y en la vía siguen los pavos de siempre.
Si a Murcia le desaparece la cultura del abercoque, bien que a cambio de la cultura de ancianitos extranjeros que se vienen a vivir aquí, pero las urbanizaciones carecen de agua, ¿cómo se te queda el cuerpo?
-Eso, ¿cómo se te queda? El historiador Henry Kamen analiza el desarrollo de la monarquía en España. «En los últimos 200 años, ni un solo ocupante del trono de España -con la excepción del italiano Carlos III en el siglo XVIII y del rey Juan Carlos en nuestros días- ha podido contar con el apoyo indiviso de la clase política. (…) La seguridad de una dinastía regente descansa en dos cosas: la confianza de la clase dirigente y la certeza de un heredero directo. (…) Si los acontecimientos siguen su curso normal, la Monarquía española de hoy en día tendrá tanto la confianza de los políticos como la sucesión directa».