García Martínez – 14 mayo 2005
Cuando digo, como lo digo, que he visto un cortometraje en sesión privada, quiero significar que fue justo después de atizarme un excelente arroz con pescado y verduras.
Y aun cuando la paella estuvo regada con un buen crianza de Jumilla, aparte de no dormirme, me mantuve en vela activa -con lo que me va la siesta- mientras duró el pase de la película. Además en vela emocionada. Y esto porque se trata de un documento, un testimonio que no podrá dejar a nadie indiferente. Aludo a nadie que tenga un poco de buena voluntad.
El corto lleva por título Mimoun, que es el nombre del protagonista. Se trata -lo mismo delante que detrás de la cámara- de un padre de familia que dejó a su gente en Marruecos para venirse a Murcia a recolectar pimientos.
El jovencísimo realizador del filme, Gonzalo Ballester, hace que Mimoun hable a su familia y que su familia -mujer, hijos y abuelos- hablen a Mimoun, cada cual desde su actual lugar de residencia. Y rueda también -que para algo se fue a Marruecos- cómo uno y otros reciben los saludos.
No desvelaré lo que se cuentan (ni, mucho menos, cómo lo cuentan). Hay que ver el documento para, viéndolo, sentirlo. Porque donde Mimoun se muestra más eficaz es tocando los sentimientos del espectador, como si tocara el arpa que todos llevamos dentro.
Lo que nos ofrece la película es una visión -nada demagógica- de otra cara de la inmigración. No hay un narrador que trate de influirnos, ni los personajes actúan de acuerdo con un guión que alguien les preparó. Mimoun es sencillamente la reproducción en la pantalla de un encuentro (en la distancia y a través del cine) de un emigrante y su gente. Ni más ni menos que eso. Las personas hablan en su idioma y los subtítulos traducen al español. Sin añadir sal, ni pimienta, ni aceite, ni vinagre.
Se manifiestan los viejos, los niños, la esposa… Y se dicen lo mismo que se dirían otras gentes de igual condición en igual circunstancia. Y, sin embargo, la acción te atrapa y hace que seas tú mismo quien metabolice unos sentimientos que devienen en una conclusión más inteligente y más justa acerca de los inmigrantes.
Es una película que deberían ponerla en los colegios. E incluso más allá.