García Martínez – 18 septiembre 2005
La más cabal traducción de ONU sería la de Organización Nada Util. Peor aún: que no sirve para nadie, ni para nada.
-Y nos cuesta una pasta.
Un pastón. Pero algunos se hacen los longuis y no pagan. La llamada ONU es también un nido de corruptelas. Si han puesto un jefe negro en la cúspide es sólo para disimular.
Por más que haya cumplido sesenta años, sigue tan inmadura como al principio. Los gobiernos de los países no hacen ni puñetero caso de sus resoluciones. Se trata de una concentración de burócratas que van de salvadores del mundo, pero que ya no engañan a nadie.
Al igual que ocurre fuera, en el seno de la ONU el que más puede se la lleva. Mandan cuatro o cinco países. Y quienes representan al resto son figurones.
-Pues la está usted poniendo a parir.
Como ella se merece. Todo es un paripé. Una proclamación huera de buenas intenciones. A la hora de la verdad, cada cual tira por donde más le conviene.
Los pocos miembros del Consejo de Inseguridad tienen derecho de veto. Agárreme usted esa mosca por el rabo, en una institución que presume de las mejores esencias democráticas.
-¿Y por qué no la quitan?
Pues porque no existe -ni quieren que exista, por lo que se ve- algo mejor.
La ONU y su funcionamiento son el fiel reflejo del mundo desalmado -que no desarmado- en que vivimos. Algunos dirán morimos.
Tú vas a Nueva York, ¿no?, y te topas con un edificio muy alto. Con muchas banderas. La tira de banderas allí ondeando. El guía te explica qué cosa es la ONU, pero los turistas ni lo escuchan. Miran para otro lado. O se van al bar de la esquina a tomar algo.
Ahora, con motivo del cumpleaños, se organizan fastos diversos. Y, entre esos fastos, se alza la terrible conclusión de que la ONU no sirve para nada. Ni parece que vaya a servir en lo sucesivo. Hablan de reformarla, pero eso no se lo cree nadie.
No sé cómo se explica a los niños en el cole lo que es la ONU. Pero no deberíamos engañarlos. Hay que decirles la verdad, para que la vayan asumiendo desde pequeñitos y no se frustren cuando sean mayores. Y para que reflexionen, a ver si ellos fueran capaces de hacer una ONU nueva. Y buena