García Martínez – 18 julio 2003
Los cuatro o seis que todavía somos esclavos de una cierta ética nos preguntamos si está bien o está mal que amenacemos al PP con las elecciones que vienen. La amenaza, como adivinará el lector, se fundamentaría en lo del tren Cartagena-Chinchilla. Si nos ponen una línea con corriente, votamos Aznar (o similar). Y si nos la ponen corriente, abstención.
Considerando la necesidad que tenemos nosotros de un amejoramiento radical del ferrocarril, así como el gusto o afición del político por mantener el culo en la potrona, amenazarle una miaja al pájaro no lo veo fuera de norma.
—Ya, pero si ocurriere que allá arriba no le hacen caso a Valcárcel acerca de este particular, ¿ha de pagarlo este?
Oiga usted: estamos hablando de elecciones generales. A quien le vamos a cantar la gallina no es a Valcárcel, sino a Aznar. Tenga en cuenta que cantar hemos de cantar todos, incluido el ya muy mencionado Valcárcel.
Aquí, cada uno mira por su negocio. El dirigente nacional niega: «Yo miro por el negocio de todos y cada uno». Sí, pero a ciertos cada uno se les considera más que a otros cada uno. Y nosotros, de siempre, andamos en el segundo grupo.
Esto del ferrocarril –por circunstancias muy diversas y convincentes– se ha convertido en piedra de toque. «Hasta aquí hemos llegao» –que diría Aristóteles. Porque, encima, el problema de la línea rezuma recochineo. Lo digo por todo lo que está pasando después del trágico accidente. Es que tenemos la pepla un día sí y el otro también.
Podrían especular los de arriba: «No serán capaces estos murcianos de no votarnos, estando como está de por medio el Plan Hidrológico». Mire usted lo que le digo: torres mas altas han caído. Cuando a uno se le va el traque, de tanto como lo han mareado, la reacción puede ser tremenda. Acuérdese usted de lo que pasó en Numancia…
—¿Pero qué tiene que ver Numancia con el tren de Murcia?
¿Que qué tiene que ver? Quizás no tenga que ver nada, pero usted acuérdese de lo que pasó en Numancia y no lo perderá. A ver: ¿quién daba hace un año un euro por el Real Murcia? Y, sin embargo, ahora será el Real Murcia el que los dé.
—El que dé ¿qué?
Pues, coña, los euros.