García Martínez – 6 enero 1994
“Mira: son los famosos Reyes Magos”-dijo.
Y, luego, dirigiéndose a ellos:
-Aquí, un amigo.
Estuvimos charlando un rato. Y, nada, bien. Los tres tomaban coca-cola. Parece ser que les encanta la coca-cola. Ellos mismos comentan que les fue recomendada por Papa Noel. El negro, sobre todo, es la leche. Mientras que Melchor y Gaspar se toman una, el se echa al cuerpo dos. Yo los vi muy naturales. Se conoce que como son reyes sin mando en plaza, pues no se las dan de nada. También puede ser que los veinte siglos que llevan en esto les hayan permitido no darse importancia ninguna.
Han venido al barrio para ver a Jacintillo, por mal nombre Tizón, carbonero de oficio. Eso es porque han sabido –aclara Manolo- que este año tiene la mercancía a buen precio. Llega al fin Tizón, que abraza confianzudo a cada uno de los Monarcas. Es una amistad antigua. No es que los Reyes se lleven siempre el carbón de aquí, pero es frecuente que el trato acabe en acuerdo. Salen, tras las despedidas, camino del almacén. Me dice Manolo que este año el pedido será importante.
-¿Y para quién tanto carbón?
-No lo sé muy bien, pero mandarlo lo mandan directamente a Moncloa.