García Martínez – 10 septiembre 2003
Lo estoy viendo y no me lo puedo creer. Un artículo escrito desde la Administración por un administrador y que da gusto leerlo. Porque informa verdaderamente y, además, se entiende muy bien aquello sobre lo que, con tanta amenidad, ilustra.
—Esto parece la adivinanza de la gallina.
Tiene razón el lector. Este inicio queda un tanto críptico. Son los efectos de la Feria y Fiestas 2003.
El trabajo que digo se publicó ayer en La Verdad –por cierto, no sé si sabe el lector que hemos cumplido cien años. Se titula Agua y ferrocarril. Y lo firma Miguel Ángel Ródenas, que es director general del Agua, lo cual, en un lugar tan seco como Murcia, es como si fuera el Rey del Mambo.
Generalmente, los escritos que se envían a los periódicos desde la Administración –lo mismo central que periférica– suelen ser propagandísticos e interesados, pero sobre todo plúmbeos. Lo primero puede aceptarse, pues cada político tiene que defender su roalico. Y el pueblo, que es bueno, lo comprende. Lo que no se puede aguantar es que resulten tan largos y farragosos.
La excepción que confirma la regla aparece con el artículo del director general del Agua, acerca del embalse de Camarillas. Lo veo un hito en la anodina senda de las colaboraciones periodísticas de políticos y administradores de la cosa pública. Por eso mismo me quito la gorra y escribo lo que estoy escribiendo.
¡Qué gusto da que el poder se explique y lo haga con fundamento y algo de donaire! Busque el lector, si no la leyó, esta curiosidad, rareza, perla en ese muladar que es, como se suele decir, la literatura política.
No voy a destripar el artículo en cuestión. Diré sólo que muestra lo que podría ser un gran beneficio para Murcia, como resultado de las obras que se van a llevar a cabo en la variante famosa de Camarillas. Se acortará el viaje por ferrocarril y el embalse proporcionará –recreciéndolo tras quitarle ese muro que son los raíles– nuevas y notables ventajas de carácter hídrico.
—¿Y de qué conoce usted al señor este de las aguas, que así lo mima?
Pues, mire, que esta es la primera vez que sé de él, como puedo jurarle si necesario fuese.