En esta ruta nos pararemos sólo en tiendas curiosas, nada de terminar agotados. Estén tranquilos, no hace falta preparar la cartera para grandes desembolsos. Eso sí, abran bien los ojos, porque iremos de sorpresa en sorpresa.

Una de las calles más llamativas para ir de compras en Tokio es Takeshita Dori Street. Es una calle estrecha y corta pero, cada paso es más curioso que el anterior; Con el estrés añadido de que hay que mirar a ambos lados, pues los dos laterales de la calle están repletos de tiendas. Avanzar por esta calle es de lo más complicado: Es una de esas calles muy concurridas a todas horas. Sobre todo por gente joven. Es la cuna de la moda los adolescentes japoneses.

Del trasiego de esta calle pasamos a otras tiendas más tranquilas. En ellas venden… ¡oxígeno! Sí, si, como suena. En la foto se pueden apreciar distintos colores, pues se puede elegir el sabor. En Las Vegas estas tiendas se han puesto de moda últimamente. ¡Respiren, que es aire puro! Pero no en un bosque, como acostumbramos por aquí.

La siguiente parada es en una tienda de palillos para comer. Los establecimientos parecen museos. Están todos perfectamente colocados, como si fueran obras de arte. Con unos diseños tan bonitos, que si hay que elegir tan solo un par de ellos, cuesta tomar la decisión ante tanta belleza por todos lados. La mayoría están pintados a mano.

En esta ruta de compras no podemos saltarnos una parada en un supermercado. Aquí sí que hay que ir con calma. En todos ellos venden mascarillas. Hay que decir que la delicadeza de los japoneses es tal, que cuando se la ponen no es para evitar ser contagiados por terceros. Sino para evitar ellos mismos contagiar a otros. Es muy frecuente ver japoneses en la calle con mascarillas.

Y ya que estamos dentro del supermercado, lleven cuidado que es muy fácil confundir las botellas de sake o shochu con las de agua. ¡Vean sino! Lo fácil que sería llegar a casa pensando que uno ha comprado agua mineral y luego resulta que lo que tiene encima de la mesa, junto a los cuencos con arroz son… ¡dos litros de alcohol!

Y por último una cosa que nos llamará la atención sobremanera. En muchas tiendas se oyen dependientes subidos en una plataforma dando voces con un micrófono. Nos deja sordos si pasamos muy cerca. No podremos entender lo que dicen. Sólo hablan japonés. Pero lo que hacen es anunciar las grandes ofertas y descuentos, como les digo, con micrófono en mano. Yo lo que hacía, al no entender nada, era ir detrás de la gente y, al final, llegaba al lugar dónde estaban las ofertas.

Así que aquel refrán de seguir a Vicente, se hizo efectivo en tierras niponas. La única pega es que ese día los productos con grandes descuentos –que yo me enteré siguiendo a la gente- eran electrodomésticos y… meter uno de ellos en mi maleta se antojaba un poco complicado.