Dicen que será la próxima generación, los niños que hoy están en primaria, quienes pregunten a sus padres porqué se dice “tirar de la cadena”. Ellos sólo habrán visto botones. De ahí la duda.
Y si no, que se lo digan a los japoneses. Que en este mundo digital nos llevan cierta ventaja. ¡Y nosotros que estamos tan contentos porque las bañeras con hidromasaje incorporado nos parecen un gran invento!
En una ocasión tenía amigos alojados en mi casa. Entre el grupo había una japonesa. Me dijo si podía hacer una foto al inodoro (modelo sencillo con un solo botón en el centro superior de la cisterna). Yo contesté que sí pero estaba tan sorprendida que le pregunté qué veía en él. No entendía que quisiera hacerle una foto. Me contestó que le parecía muy bonito. Yo no podía compartir la belleza que ella veía y que plasmó en unas cuantas fotos.
Años más tarde estaba yo viviendo una temporada en su casa en Yokohama y fue entonces cuando, ya sí, salí de dudas. Comprendí porqué se había sorprendido tanto al ver un wc con un solo botón y nada más.
Los inodoros japoneses requieren hacer un pequeño curso para poder usarlos sin margen de error. Es más, si uno se equivoca y pulsa un botón antes que otro, puede resultar una faena. Hay un botón que permite graduar la temperatura de la taza; otro botón activa la música (que se puede elegir entre clásica, moderna, etc.) Y como no, otro gradúa el volumen (por aquello de no molestar) de la música que previamente hallamos elegido.
Hay otro botón (el dibujo es un surtidor de agua) que al pulsarlo, se convierte en un bidé. Aquí los curiosos deben llevar cuidado si lo pulsan sólo para ver qué pasa, porque la fuente es muy generosa y todo puede quedar convertido en una pequeña piscina. Con otro botón se activa un secador.
Pero no quisiera yo asustarles. El secador es el de más sencillo manejo pues pone en inglés “spray”. Así que, entre los que por el dibujito podemos intuir para qué sirven y otros que con el inglés que conocemos nos puede dar alguna pista, al final, por descarte, más o menos, salimos airosos del trance de ir al cuarto de baño en Japón.
Pero hay un último detalle. No acaba ahí la cosa. Uno busca cuál será el botón para bajar la tapadera (que no es manual como acostumbramos por aquí). Se baja sola al detectar que uno ha finalizado la tarea en cuestión y ha pulsado todos los botones en el orden correcto. ¡Cuánta inteligencia!
En otros modelos (yo ya me dediqué a observar todas las variantes y del curso del manejo diario pasé casi al nivel de experto) el agua de la cisterna pasa antes por un pequeño lavabo –que está incorporado al wc- para aprovecharla y poder lavarse las manos.
Estos japoneses… ¡lo listos que son! Y yo aún sigo diciendo a los pequeños de la familia aquello de “no olvides tirar de la cadena”. ¡Qué antigua soy!