Era una mujer sabia que no sabía leer ni escribir. Nadie en el pueblo sabía. Vivía en una aldea de Nubia (Egipto). Tuvo tres hijos. A los tres los envió a la ciudad más próxima para que allí pudieran aprender a leer y a escribir. Cuando los chiquillos regresaban por vacaciones escolares a su pueblo estaban deseando jugar pero, nada más llegar, en la puerta de su casa siempre se encontraban con una cola bien larga de señoras esperando. Sus hijos habían emigrado y querían que estos tres jóvenes les escribieran las cartas, pues ellas no sabían.
Yo conocí hace poco a uno de los tres hijos, Amuda Goueli. Daba una charla en un congreso sobre Smart Data en los destinos turísticos. Los viajes y la tecnología, sus dos grandes pasiones. Ha sabido unirlas. Es el fundador de uno de los primeros portales online de agencias de viaje. En la pausa para el café pude charlar tranquilamente con él. “Me hice rico con la llegada de internet y luego pobre de nuevo cuando llegó el crack”. Sinceridad por los cuatro costados. “Pero aprendí”, listo como su madre.
Porque, reconocía: “Creé una de las primeras agencias de viajes online, sin ningún plan de marketing inicial”. Hoy Destinia, su empresa, es uno de los grandes buscadores de reservas para viajes.
Y así se lo dijo al Ministro
Un día en una recepción se encontró con el Ministro de Educación de aquel momento, y le explicó cuál es la mejor regla de macroeconomía que puede transformar el mundo entero: “Sr. Ministro, todo es educación”.
Razón no le faltaba: “La primera vez que vine a España lo hice con una beca del Instituto Cervantes de unos dos mil euros. Si se compara este importe con los puestos de trabajo (en España la plantilla es de unas doscientas cincuenta personas) y los impuestos que he pagado, la tasa de retorno de aquella ayuda queda superada con casi cuatro dígitos al alza”.
Ahora ya sí tiene un plan de marketing. El foco de su estrategia consiste en no tomar decisiones rápidas. Y tiene mérito porque las reglas secretas (perdón, algoritmos) de las reservas y compras en internet están ideadas previamente para que no pensemos; todo es tan simple como elegir entre ´sí´ o ´no´ y no pensar. Para que así, le demos al clic cuando antes. Bien situado en el lateral derecho inferior siempre de la pantalla.
Marketing con su lado humano también
Con su estrategia de marketing casi todas las camas de Latinoamérica son suyas. Entiéndase en sentido estrictamente comercial, de gestión de compras nada más. Porque él ya se define como un “abuelo digital”. Pues sabido es que cuando reservamos en un portal una habitación de un hotel, en muchas ocasiones, ésta ya fue vendida antes a un intermediario que las compró al por mayor, sin llegar a dormir en ninguna de ellas. Después empaquetada con un vuelo por aquí, una visita por allá, queda la mar de sugerente para que nosotros ya le demos los datos de nuestra tarjeta sin pestañear demasiado. Y ya sí, durmamos en ellas.
En sus reuniones ya no hablan de microchips. Se quedaron obsoletos por su gran tamaño. Paradojas de un prefijo. Ahora el verdadero ADN de los datos está en el nano-chip. Mucho más microscópico aún. El devenir, que achica las cosas.
“El dato es lo que importa. Porque en internet la información es la fuente de riqueza”. Pero en este mundo tecnológico que nos impone nuevas reglas, a mí siempre me gusta averiguar su lado humano. Sí, será que yo también tengo la nostalgia típica ya de una “abuela digital”. Qué bonito es descubrir que detrás de la pantalla del ordenador hace años una mujer lista supo dar en la tecla del conocimiento.