Ya se conocen como las “catedrales del siglo XXI”. Y en una ruta turística que se precie y también, en un folleto informativo del destino, entran sí o sí en el listado de los “top ten” a visitar. Los estadios de fútbol. Y una vez dentro, como no, la tienda. Sálvese quien pueda.
Si estamos en Madrid, este tour “monumental” a lo grande, tendrá su parada “obligatoria” en el Estadio Santiago Bernabeu.
Nuestra ruta tiene mucho que ver también con el fútbol pero visto desde un punto de vista un poquito más humano. El destino es a un pequeño comercio madrileño vinculado con la “quinta” esencia del Real Madrid.
Junto a estos grandes “monumentos”, en todas las ciudades hay rincones pequeños, muchas veces escondidos en bocacalles que resisten a los balonazos de las gigantes tiendas de marcas. Pero, que no cunda el pánico porque los “culés” también son bien recibidos en esta tienda. En la perfumería “Butragueño” uno puede comprar una colonia del Barça, pero también otra de su eterno rival blanco. “Porque el negocio es el negocio” me explicaba el sabio tío del delantero de aquella “Quinta del Buitre” épica, que marcó toda una época.
Los expertos del marketing se las ingenian para llevarnos a comprar, sin apenas darnos cuenta, en las grandes tiendas: puertas abiertas; luces que atrapan; ofertas continuas, grandes carteles, costosas campañas de publicidad… ¡Uff, demasiado trasiego como para no caer! Y, eso sí hacer cola para pagar (porque el control de la caja es cosa de unos pocos nada más).
El mundo en tamaño XS
Pero, no sé si también les pasa a Vds. Qué gran placer el de ir a una pequeña tienda, conversar con su dueño, elegir sin prisa, obtener buenas recomendaciones… Si son también de los que gozan con estos pequeños momentos en pequeños lugares, en Madrid, en la Calle de las Tres Cruces (casi esquina con la Gran Vía), prepárense porque aún rige en este lugar la máxima comercial de que se puede estar en pleno siglo XXI sin página web detrás. Todo un reto. La búsqueda del buen hacer, del lado humano de los negocios, aquí puntúa con creces.
Yo, una vez dentro, me dejé aconsejar. Y, dos productos que eran totalmente desconocidos, ahora casi ya no puedo vivir sin ellos (¡marketing, pero del verdadero!).
Y es que la prisa no entra por la puerta de estas tiendas. Esos pequeños mundos -talla XS- encierran tantas historias de mostrador… Vidas que se cruzan y… Yo volveré. Lleven cuidado que estos rincones, atrapan.