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No me beses

 

Nuestra forma de saludar con dos besos en las mejillas, ¿pasará a la historia? Se encuentra ya en la categoría de “situación de peligro”. Casi al mismísimo nivel de Judas ya puede resultar mortal en estos momentos.

Yo ya me imagino un futuro en el que, con caras de sorpresa, se mencionen historias del tipo: “por aquel entonces se saludaban con dos besos en las mejillas”. Como también ahora nos asombramos cuando nos cuentan que comían a grandes mordiscos con las manos o, que iban descalzos. Incluso, de forma más próxima, que la ducha era una vez por semana.

Estadística

En estos días de confinamiento, en los poquísimos ratos libres que me quedan con tanto trasiego de tener que: ver vídeos; echar unas risas con tantos memes llenos de ingenio; leer frases con motivos florales en el fondo de pantalla… he realizado un serio estudio estadístico para saber si realmente los españoles tenemos anclada en el alma esta forma de saludar con dos besos y su pérdida -cuando ya por fin cerremos la ventanas y abramos las puertas de par en par-, nos va a suponer una crisis de identidad o, por el contrario, podremos seguir disfrutando de la vida sin ellos, al ser una moda no más.

Les comparto algunas de mis conclusiones. Muchos son los que con extraños, lo de los dos besos, como que no. “Casi los doy por obligación”, me decían muchos. Con los más próximos: que no nos los quiten por favor. He observado una tendencia: prefieren dar uno solo y que sea verdadero (mejor que dos, algo impostados). Me gustó una respuesta muy graciosa: “en mi época cuando te presentaban a alguien, dar besos era moderno. Si no los dabas, parecías de pueblo”. ¡Cuánta verdad! Los hay que directamente pasan a un buen abrazo apretujado a más no poder.

Lo que sí parece claro es que en materia de besos habrá una era postpandemia. Y la canción “la española cuando besa” habrá pasado de la historia a la prehistoria.

Tú, Vd. y Excmo. Sr.

Como los estudiantes, que no saben cómo se van a examinar y, las posibilidades que tendrán de copiar o no, estoy con un mimetismo hacia ellos pues ando yo preocupada por este tema porque si ya no nos vamos a poder besar, entonces ¿podremos copiar?

Y la clave está en copiar de quién mejor se sabe la lección. Y hasta Japón que les llevo para que, desde el principio, podamos decir bien aquello tan sonoro de kon’nichiwa, pero con el cuerpo. Y he aquí una primera clase de “gimnasia rítmica”, aprendida con la ayuda de una amiga japonesa.

a.-) Arco ligero: Cuando conoces a la persona. Es una leve inclinación. Y se puede hacer sin dejar de caminar. (Es como nuestro levantamiento de cabeza con ceja, pero -eso sí- con un poquito más de delicadeza).

b.-) Una leve inclinación: con ella pasamos del “tú” al “Vd.”. Implica una señal de respeto hacia la otra persona. En todas las tiendas, con los dependientes, se utiliza esta forma de saludo.

c.-) Un arco más inclinado: En los casos de un aprecio profundo y cuando queremos mostrar nuestras disculpas o condolencias. Al salir de las tiendas, procede esta forma de despedida.

Se complica un poquito porque las manos también acompañan esta forma de saludo. Las mujeres debemos juntar las manos por delante del cuerpo (con la mano izquierda arriba y la derecha adentro). Y los hombres, los brazos pegados junto al cuerpo. Y ya, si quieren ir a por el sobresaliente (puestos a copiar…): la inclinación se hace de manera rápida pero se regresa a la posición inicial lentamente. Y siempre debemos mantener la espalda recta (nada de curvada).

Si el protocolo japonés nos resulta complicado, siempre nos quedará la posibilidad de despedirnos “a la francesa”. Yo la he utilizado en muchas ocasiones (soy casi una experta) y les digo: ¡funciona! Eso sí, al principio aquello de: “no me enteré cuanto te fuiste”. O, en otra versión: “¿por qué no te despediste mujer?” te obliga a dar algunas excusas, pero cuando le coges el gustillo, lleven cuidado que uno parece que de repente tiene poderes para convertirse en invisible.

Hoy, como intuirán, no me queda otra que sí, despedirme “a la francesa”.

 

 

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