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Zona de embarque

A la fresca

 

Con estas altísimas temperaturas, la mejor solución -sin incremento de la tensión pensando en el sobrecoste en la factura de la luz- es tomarse un helado. Soy de las que visita las heladerías con premios. Me fio muchísimo de los miembros del jurado que tuvieron que realizar “ese gran sacrificio” de degustar cientos de helados para emitir su sabia opinión.

Para trazar el recorrido he seleccionado las heladerías que están cerquita de la costa, por si con sólo un helado no fue suficiente para mitigar el calor y, quieren darse después un refrescante baño. Nuestro paseo de hoy lo será en compañía de sorbetes, cucuruchos y tarrinas.

Helado premiado, parada obligada

Si también son de los que eligen los helados premiados, la primera degustación es junto a la Catedral de Valencia, en la heladería Véneta (verán con facilidad la cola). Recibió hace años el premio al mejor de España: su famoso “Galleta de la Abuela” que, cosas de la vida, surgió por un error. El dueño, un antiguo asesor financiero, quedó enamorado de España y cambio la calculadora por la cocina. Tiene una sucursal junto a la Malvarrosa.

Seguimos la ruta premiada y ahora nos detenemos en Redován (Alicante). José Marcos Candela está al frente de “Candela La Gelatería”, en la convocatoria de 2018 fue Subcampeón mundial de Heladería. ¡Ahí es nada!

¡Déjate de premios!

Si lo que desean es tan sólo un rico helado (sin necesidad de reconocimientos ni premios), realizamos una parada más en Granada, la heladería Los Italianos tiene la famosísima tarta Cassata. Este helado es como una caja de sorpresas, va apareciendo a cada lametazo algo nuevo: fruta confitada, bizcocho, un poquito de mazapán… No sigo para no desvelar todos sus ingredientes. Han respetado la forma original de la tarta y, las piezas individuales triangulares, que apenas caben dentro de un cucurucho, logran encajarlas a la perfección.

Italia gana por goleada

Si estamos en plan competición y premios, la fama es bien merecida. Donde esté un helado italiano… Pero, por favor, que no cunda el pánico: Si no podemos viajar, tenemos heladerías italianas en España.

Nuestro último refresco es en Chambi, situada en Murcia. Es pequeña pero, la variedad de helados supera con creces a la superficie de metros cuadrados del local. Tienen clientes fijos que no piden. Es el camarero quien decide y, ellos cada día, se dejan sorprender con un nuevo sabor.

Funciona sólo seis meses al año (el otro semestre regresan a su pueblo italiano donde siguen en faenas). Tenían una generosa regla de marketing: El último día antes de cerrar el local, todo el producto en venta lo repartían gratuitamente. Convendrán conmigo que es una forma magnífica de acabar con las existencias. Esta heladería está situada junto a un colegio; Se imaginan el día en el que van a cerrar y un niño corre la voz entre todos sus compañeros. Esas dos palabras juntas: helados y gratis… igual a: ¡echar a correr!

Yo de mayor quisiera ser miembro del jurado de los premios de los mejores helados del año. Como habrán advertido, voy ya “haciendo prácticas”. Ya les digo, heladería con premio, cata obligada. Si Vds. quieren copiar, les dejo esta lista y, en unos años nos veremos casi seguro en el comité de expertos.

Toca despedirse con aquel grito de antaño tan sugerente de: ¡Al rico helado!

 

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