Como un arquero con las manos frías, Google va acercándose lentamente a la diana. Su intención es crear una red social de éxito. Es una obsesión no disimulada. El número uno de las búsquedas quiere el trono de Facebook. Podría decirse que Google+ (léase plus) es la primera flecha lanzada que no va fuera.
La red social recién presentada ha logrado despertar el interés de los usuarios como ningún otro acercamiento de Google al internet social, y ha sido así gracias a un concepto más maduro y mejor diseñado que los anteriores. La forma de introducirlo también ha sido mejor que en otras ocasiones. El intento anterior, de nombre Buzz, llegó como un elefante a una cristalería. Google decidió incrustarlo en el servicio de correo Gmail con la idea de que su presencia, forzada, fomentara su uso. La realidad fue más cruel. La imposición generó tal rechazo que Buzz se convirtió en un cadáver tecnológico casi sin haber terminado de arrancar. Nadie lloró.
Google+ aterriza de forma más amable. Para acceder a la nueva red social es necesario recibir una invitación, al menos durante este periodo inicial de pruebas. Esto ha hecho que en los últimos días las peticiones de invitaciones se hayan disparado, lo que supone un buen montón de marketing gratuito para Google.
Pero no es solo la escasez de invitaciones el motivo por el que Google+ ha atraído las miradas. También algunas ideas interesantes aplicadas al concepto popularizado por Facebook.
Uno de los aciertos, por lo funcional y por lo estético, es la forma en la que se comparten los contenidos con otros usuarios. Cuando publicas un comentario, una foto, un enlace o lo que quieras, debes arrastrarlo hasta un círculo que conforman las personas que hayas elegido. Así, puedes tener los círculos ‘Amigos’, ‘Familia’, ‘Trabajo’, etc, y gestionar de forma sencilla lo que compartes y quién puede verlo. Facebook incluyó hace tiempo algo similar con ‘Grupos’, pero la implementación de Google se antoja bastante mejor porque te obliga a pensar a quién va destinada cada cosa, mientras que en Facebook es más sencillo caer en la inercia de publicar todo para todos tus contactos.
Otra característica llamativa es la inclusión de las ‘quedadas’, que ofrece la posibilidad de marcar el estado como disponible para iniciar un videochat individual o grupal con cualquier contacto que lo desee. La idea es que esperes a ver quién pasa por ahí. No parece que vaya a suponer revolución alguna. Por lo demás, fotografías que se suben automáticamente desde dispositivos Android para elegir a posteriori si se comparten con algún círculo, chat grupal a la manera de WhatsApp con integración en los dispositivos móviles y poco más. ¿Suficiente? Las cartas parecen buenas, aunque es difícil ganar cuando te sientas a jugar con la partida empezada.