El Plan de Defensa contra las Avenidas en la cuenca del Segura se quedó a medio, con una lista de obras pendientes en la comarca del Guadalentín. La riada de San Wenceslao de septiembre de 2012 fue una muestra evidente de lo mucho que queda por hacer en una zona con una regulación insuficiente. De no haber sido por los pantanos de Puentes y Valdeinfierno, en Lorca, aquella avenida habría llegado hasta Murcia y Orihuela.
Sin embargo, en las ramblas de Nogalte y Las Moreras, que carecen de elementos para laminar las riadas, la fuerza del agua arrasó todo lo que encontró a su paso. La Confederación Hidrográfica tiene obras proyectadas desde hace diez años para construir diques y presas, que ahora piensa actualizar. En la lista de obras habrá dos grandes presas de 17 hectómetros cúbicos de capacidad. La cuestión es, ¿habrá dinero para acometer las obras? En la fotografía de Israel Sánchez, un helicóptero rescata al conductor de un camión atrapado pore l agua en Puerto Lumbreras.
Las ramblas de Nogalte y Las Moreras tendrán dos embalses capaces de retener 34 hm3
(Publicado el 2 de enero)
Más de 1.200 millones de metros cúbicos cayeron sobre la Región de Murcia el 28 de septiembre del año 2012, con especial virulencia en la comarca del Guadalentín, donde las precipitaciones alcanzaron los 212 litros por metro cuadrados y provocaron unas crecidas de 4.500 metros cúbicos por segundo en el pantano lorquino de Valdeinfierno y de 2.500 en la rambla de Nogalte. El primero, junto con el embalse de Puentes, pudo retener aquel “tsunami” de agua dulce evitando que la crecida llegara hasta Murcia y Orihuela. Sin embargo, la falta de regulación del cauce que atraviesa Puerto Lumbreras hizo que la salvaje avenida arrasara con todo lo que encontró a su paso hasta llegar al mar, devastando propiedades e infraestructuras. La riada de San Wenceslao -como quedó bautizada de acuerdo con la tradición que existe en la cuenca del Segura de nombrar a las riadas según el santo del día-, activó el Plan General de Defensa del Alto Guadalentín que prevé la construcción de ocho presas, dos de ellas de alta capacidad, y once grandes diques cuyas obras están a punto de finalizar.
El plan que puso en marcha la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) incluye los estudios para la construcción de una red de nuevas presas situadas en las ramblas que vierten al río Guadalentín, a la rambla de Biznaga y a la costa, principalmente por la rambla de Las Moreras. Los proyectos más adelantados son los de las presas de Nogalte, La Torrecilla y Béjar, cuyos estudios geotécnicos acaban de ser adjudicados como primer paso para su construcción, informó el organismo de cuenca. Las otras presas que están en estudio son las del Estrecho y Lébor, así como las del Puntarrón y Las Moreras. La Confederación también contempla la posibilidad de recrecer el embalse de Valdeinfierno, lo que aumentaría la capacidad de regulación en la cabecera del Guadalentín. Ésta fue una de las primeras medidas que se solicitaron tras la riada, junto con las presas y diques para regular las ramblas.
La Confederación completó los planes de defensa contras las avenidas en otras zonas de la cuenca, pero quedaba pendiente la comarca del Guadalentín, junto con el Campo de Cartagena. Los proyectos de construcción de presas en Nogalte y Las Moreras dependen de la Dirección Técnica de la CHS, a cuyo frente se encuentra Rafael Belchí. «Forman parte de una batería de soluciones para dotar a la zona de la máxima seguridad ante fenómenos de precipitaciones intensas que pueden provocar episodios con puntas de caudal tan brutales como los de la pasada riada de San Wenceslao, el 28 de septiembre de 2012», explicó el responsable técnico.
La función principal de estas infraestructuras es laminar esas puntas de avenida para prevenir inundaciones. Recuerda que ese día las presas de laminación y los embalses de Puentes y Valdeinfierno «ejercieron una función de freno de las aguas torrenciales que fue vital para evitar una catástrofe que hubiera afectado no sólo a los municipios de Lorca y Puerto Lumbreras, sino también a otras ciudades situadas aguas abajo, como Murcia y Orihuela».
La presa de la rambla de Las Moreras, por su parte, servirá para laminar los caudales aguas abajo de la derivación del Paretón, antes de su desembocadura en Mazarrón.
Ambos proyectos necesitarán una inversión próxima a los 80 millones de euros que aún debe aprobar el Gobierno central. Tendrán capacidad para retener 34 millones de metros cúbicos (34 hectómetros) para responder a los episodios de gota fría. Quedarán integrados en el programa general de inversiones con el que se pretende dar forma al Plan General de Defensa frente a Inundaciones del Alto Guadalentín. El plan incluye también el deslinde de la rambla de Biznaga, que permitirá mejorar el drenaje de la gran llanura del campo lorquino, que permaneció inundada varias semanas después de la riada a causa de la pérdida de su cauce natural. La adjudicación del deslinde de Biznaga, recientemente iniciado, ha supuesto una inversión de 300.000 euros.
La CHS tiene asimismo en proyecto los trabajos de acondicionamiento de los ríos Chico y María. Invertirá en estas actuaciones 2,2 millones de euros, reforzando la defensa contra avenidas en la cabecera del Guadalentín. La Confederación también está a punto de finalizar la construcción de once grandes diques en la cabecera de la rambla de Nogalte que laminan las avenidas que afectan a las poblaciones almerienses de Vélez Rubio, Pulpí y Cuevas de Almanzora, así como de Puerto Lumbreras y Lorca. El coste de los diques asciende a 4,6 millones de euros, cofinanciados con los Fondos de Desarrollo Regional (Feder).
Obras proyectadas hace más de diez años
MURCIA. La futura presa de la rambla de Nogalte se basa en un proyecto iniciado a finales de los año noventa, cuya redacción concluyó en diciembre de 2003. La Dirección Técnica de la CHS explica que no se trata solo de actualizar el proyecto, sino que se está estudiando variar los materiales de construcción y la ubicación, desplazando la infraestructura unos 500 metros aguas abajo. Esto permitiría retener además los aportes de dos importantes ramblas tributarias del cauce de Nogalte, la de La Ahorcada y la de La Cárdena, en las márgenes izquierda y derecha respectivamente. Se calcula que esas dos ramblas llegan a aportar conjuntamente casi el 40% del agua que circula por Nogalte antes de su paso por el núcleo urbano de Puerto Lumbreras.
La presa nueva podría retener un volumen aproximado de 17 hectómetros cúbicos y frenar unos caudales punta de unos 800 metros cúbicos por segundo. El coste de la obra oscilará entre los 40 y 50 millones de euros. El proyecto que se hizo en 2003 contemplaba una presa de 53 metros de altura sobre el cauce y unos 230 metros de longitud de coronación, mientras que la alternativa ubicada aguas abajo tendría entre 35 y 40 metros de altura y unos 450 metros de longitud. Uno de los aspectos que influirá a la hora de decidirse por una u otra alternativa es el resultado de la evaluación ambiental del proyecto.
Para la presa de Las Moreras, en el Paraje Casa de la Torrecilla, se está actualizando el proyecto que fue redactado en 1997. Se han destinado 70.000 euros a los trabajos de revisión de aquella obra, que contaba con un presupuesto estimado de 30 millones de euros, aunque el importe puede variar mucho aplicando los costes actuales.
Se trata de una infraestructura para laminar los caudales de la rambla de Las Moreras, que recibe los aportes del Guadalentín a través de la derivación de El Paretón, de forma que frene las aguas antes de su desembocadura en Mazarrón. Cerca de ese punto se produjo otra tragedia en el camping de Bolnuevo. Por características y volumen podría compararse a la presa de Los Rodeos, en el río Mula, señala la Confederación. Podrá retener un volumen máximo de 13,2 hectómetros (equivalente a trece estadios de fútbol de las dimensiones del Bernabéu).