Ha nacido una estrella. O dos. Carlos Moro, con varias generaciones en su árbol genealógico de agricultores y bodegueros, ha visitado Murcia para presentar a su último ‘hijo’ : la bodega Carlos Moro. En La Rioja. Si. El creador del mítico Matarromera, uno de los vinos que puso a la Ribera del Duero en el mapa del mundo de la vitivinicultura a finales de los ochenta del siglo pasado ha salido de las fronteras castellano leonesas con dos vinos que van a dar mucho que hablar, ambos nacidos de la bodega que creó tan solo hace tres años en la localidad de San Vicente de la Sonsierra, en pleno corazón de la Rioja Alta. CM 2015 es un tinto elaborado con la variedad Tempranillo que pasa 12 meses en barricas de roble francés (un 65%) y americano (35%). Su primer vino tiene un color rojo picota límpido y brillante, de gran potencia aromática, redondo y aterciopelado, con un paso en boca largo y un retrogusto sabroso que invita a seguir bebiendo. De hecho, en la comida de presentación, celebrada en La Pequeña Taberna, este tinto maridó sin complejos con una dorada al ajo pescador. Y encima, con un precio muy competitivo: 15 euros. Y luego llegó la aristocracia de la bodega: el CM 2015 Prestigi0. Su crianza se hace en barricas de roble francés (80%) y americano (20%) de las mejores tonelerías del mercado, durante 18 meses, para su embotellado en enero de 2017. El resultado es un vino de una gran e intensa capa de color picota oscuro y brillante con un gran aroma, muy complejo. Un tinto de guarda carnoso, intenso, sabroso. El bodeguero, que ha recibido este año el Premio Nacional a la Innovación, reconoció que es este “un proyecto muy acariciado y que ha sido magníficamente acogido en La Rioja”. Respecto del estado actual de la enología en este país, recordó que la tendencia es a “mezclar orígenes, historia y tradición con innovación y creatividad”.
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