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Pachi Larrosa

El Almirez

Al rescate de la gran despensa

El I Encuentro de los Mares, una pionera iniciativa de Vocento, reúne a los sectores vinculados a la defensa de los recursos marinos

imagen-sarditunLa única despensa capaz de alimentar dentro  un lustro a una población de 11.000 millones de habitantes es el mar». Esa afirmación se oyó en boca de Rogelio Pozo, director general del Centro Tecnológico Experto en la Cadena de Valor del Mar y la Alimentación (AZTI), con sede en Vizcaya, y uno de los ponentes del I Encuentro de los Mares, celebrado entre Málaga y Cádiz. Y es que no podemos seguir alimentándonos como hasta ahora. Grandes masas de población se están incorporando a la manera de comer del primer mundo, por lo que se necesitarán cuatro veces más capturas de las especies actualmente consumidas por el hombre y el mar no nos las va a dar.
El encuentro, organizado por Vocento  ha sido pionero en varios sentidos. No se ha tratado de un congreso de cocina, aunque han participado cocineros (Ángel León, Paco Pérez, Esther Manzano, Diego Gallegos o los italianos Moreno Cedroni y Pino Cuttaia entre la decena de chefs con estrellas Michelin), ni de un congreso científico (expertos de la talla del mencionado Rogelio Pozo, Carlos Duarte, director del Centro de Investigación del Mar Rojo,  el catedrático de  Biología de la Universidad de Cádiz José Lucas Pérez o Juan Martín,  miembro del laboratorio de investigación gastronómica Chef del Mar), ni de unas jornadas periodísticas, pese a la presencia de decenas de profesionales expertos en gastronomía y alimentación. Ha sido todo eso, además de un encuentro con productores, empresarios del sector pesquero y trabajadores de la mar (entre ellos,  trabajadoras, de la mano de Rita Míguez, mariscadora gallega y presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca) .
Todos, enrolados en esta aventura con un rumbo claramente escrito en el cuaderno de bitácora: aunar voluntades desde  todos los ángulos que confluyen en la explotación de los recursos marinos destinados a la alimentación, desde la genética a la cocina pasando por la investigación, para lanzar un toque de alarma sobre los riesgos de la gran despensa del paneta, una llamada a la defensa de la sostenibilidad y a la recuperación de hábitats y especies y un mensaje de esperanza. «Hemos demostrado que hay un solo mar, que todos los mares tienen las mismas necesidades y los mismos problemas, pero que para todos hay esperanza. Después de escuchar las reflexiones de estos días, todo tiene incluso más sentido que cuando empezamos. Toda la información que hemos recibido nos dice que si actuamos a tiempo, el mar se puede salvar». Con estas palabras de optimismo concluyó el pasado miércoles el presidente de la división de Gastronomía de Vocento, Benjamín Lana, este primer encuentro, que, anunció, «tendrá continuidad».
Su carácter verdaderamente multidisciplinar, su condición de itinerante (se ha ido celebrando sucesivamente en Málaga, Marbella, Barbate, Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera) y su programa, que combinó charlas y ponencias con experiencias prácticas con visitas a pesquerías y demostraciones gastronómicas, han provocado que este Primer Encuentro de los Mares haya destilado un rico cúmulo de intercambios de conocimiento entre las siete decenas de ponentes e invitados que han compartido, además de sesiones teóricas, comidas, cenas y kilómetros en autobús, creándose una red de lazos y contactos muy fructífera. En el transcurso del encuentro, un representante de la ONG Global Fishing Watch, que monitoriza la actividad diaria de 70.000 barcos pesqueros en todo el mundo, luchando contra la pesca ilegal o no reportada, recogió el premio que reconoce la labor de esta organización creada por Google en 2014 y patrocinada por Leonardo Di Caprio.
Y entre las conclusiones, un consenso en apostar por la recuperación, por encima de la sostenibilidad; la búsqueda de nuevos recursos marinos para proteger a los actualmente sobreexplotados (especies no usadas hasta ahora, aportándoles valor gastronómico añadido –aquí juegan un gran papel los chefs como prescriptores–), el riquísimo y desconocido mundo de las algas, con un gran potencial alimentario y gastronómico; la acuicultura como alternativa;  la preservación de los sistemas tradicionales de pesca, articuladores de ámbitos territoriales locales; el fomento de la investigación, la formación y la innovación, y el impulso de métodos éticos de trabajo y modelos de responsabilidad social.
Unas conclusiones exportables a todos los mares, a cualquier mar, incluso a un Mar Menor.

Sobre el autor

Periodista, crítico gastronómico. Miembro de la Academia de Gastronomía de la Región de Murcia.


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