El Ayuntamiento de Murcia decide no convocar, por primera vez en 30 años,
el Creamurcia de Gastronomía
Después de 30 años uno de los dos grandes concursos para cocineros jóvenes más importantes de la Región no ha sido convocado para este año. Creamurcia es un certamen dirigido a fomentar el talento de los jóvenes en muy diversas disciplinas convocado y organizado por el Servicio de Juventud del Ayuntamiento de Murcia. La sección de Gastronomía compartía convocatoria hasta ahora con concursos en Artes Escénicas, Artes Plásticas, Artes Visuales, Cómic, Cortos y Documentales, Diseño Gráfico, Diseño de Moda, Fotografía, Literatura y Música –en las categorías de Pop-Rock, Otras Tendencias y Canción de Autor–. Se trata del certamen de talento para jóvenes más importante de España y el que más volumen de participantes moviliza. Sorprende más aún la decisión del ayuntamiento murciano cuando se toma justamente al año siguiente al de la Capitalidad Gastronómica de España ostentada por Murcia, en el que se ha puesto de manifiesto el carácter de sector clave para el desarrollo económico de la Región de la gastronomía y el gastroturismo y de la importancia del apoyo institucional a los jóvenes talentos emergentes que en un mundo tan mediático como la alta cocina puedan estar surgiendo.
He sido miembro del jurado de este certamen en muchas de las ediciones y como tal, he tenido la oportunidad de evaluar el trabajo de muchos cocineros que hoy son sólidos valores de la gastronomía regional y nacional. Por este él han pasado –cuando eran más jóvenes– David López Carreño, Estrella Carrillo, Sergio Martínez, María Crespo, Juan Azorín, Cundi Sánchez, Lorena Pellicer y muchos otros. Y todos recuerdan su paso por ese concurso como uno de los hitos que les ha ayudado en su crecimiento profesional y sobre todo como un impulso en su vocación.
La concejala de Juventud, Teresa Franco, ha explicado que se trata de una «decisión técnica, ya que no contaba con suficiente demanda en las anteriores ediciones». Y es cierto; de hecho, ya en 2020 los seis finalistas fueron los únicos cocineros que se inscribieron cuando en ediciones anteriores a la pandemia era necesario realizar una preselección: y para la convocatoria de 2021 solo dos fueron los inscritos. Fuentes municipales señalan que se trata de una «decisión provisional» y que si se recuperara la demanda, la sección volvería a convocarse. Por contraste, si nos fijamos en el otro certamen relevante, el que organiza la Asociación de Jefes de Cocina, Jecomur, las cosas van como un tiro. Nada menos que 16 finalistas para este año, que se medirán en próximas fechas. Claro está, se tira de agenda: su presidente Juan Antonio García, en cuanto sale la convocatoria envía las bases por whatsApp a más de 500 profesionales; se tira de incentivos: 2.000 euros de premio y una beca de 6.000 euros aportada por Estrella de Levante… se es proactivo.
En la respuesta del Ayuntamiento llaman la atención varias cosas: primero que si, en la propia convocatoria del Creamurcia 22 ya no aparece la sección de gastronomía, difícilmente se podrá evaluar la ‘demanda’. Por otra parte, la ‘demanda’ se crea, se trabaja, se pelea: se va al Centro de Cualificación Turística, se visitan las escuelas de hostelería, se contacta con suficiente antelación con las asociaciones del sector –Amureco, Jecomur, Eurotoques, la federación de empresarios de hostelería Hoy Tú–, se tira de agenda y se realiza una buena campaña de promoción. Porque esa es otra: En anteriores ediciones, entre el 1 y el 15 de marzo se publicaba la convocatoria –estamos casi en junio–, se abría el plazo de inscripción y se lanzaba una campaña de comunicación en la calle, los medios y las redes sociales. Nada de esto se ha hecho, por lo que no es de extrañar la ‘falta de demanda’. Y respecto a lo de «recuperar» el concurso si cambian las circunstancias, pues ya sabemos lo que ocurre cuando en una administración desaparece ‘provisionalmente’ un evento.
La cuestión tiene su importancia. Los concursos –especialmente Creamurcia y Jecomur– son, para los jóvenes que obtienen los primeros puestos, notas en su curriculum profesional muy valiosas, que les permiten acceder a otras opciones de formación. Y este es el caso. Quienes obtenían los galardones en el Creamurcia contaban con una valoración positiva para optar a las ‘Becas Gastroestrellas’ que convoca el Instituto de Turismo de la Región y que, en la convocatoria de este año, por ejemplo, enviarán a 11 jóvenes a trabajar y aprender a restaurantes tan reputados como Akelarre, Casa Marcial, Quique Dacosta, Mugariz, La Cabaña, Odiseo, o Magoga. Obviamente, ya no existe la posibilidad de luchar por esas notas.
He hablado con varios cocineros y otros profesionales del sector y no entienden que después de 30 años desaparezca uno de los certámenes de gastronomía más importantes de la Región. Yo tampoco.