El diccionario Oxford acaba de acuñar una nueva palabra –un neologismo- para definir aquellas situaciones en las que las creencias y los sentimientos (el corazón y las vísceras) pesan más en la conformación de la opinión pública que, los argumentos y los datos objetivos (la razón y el intelecto) ¿Le suena? Si. La decisión del docto diccionario es consecuencia de fenómenos muy recientes como el Brexit y la victoria de Trump en Estados Unidos. Y lo que nos viene. Lo que es viejo es que se trata de situaciones perfectas para el crecimiento del populismo. Lo que es nuevo, es la dirección. Ahora es desde abajo, desde la base, los ciuadanos, desde la que se producen estos fenómenos gracias a… las redes sociales. En este contexto se entiende, por ejemplo, la polémica sobre la publicación de mentiras en Facebook durante la campaña estadounidense. Si miranos a la cocina y la gastronomía (sí, tiene relación el asunto) contemplamos cuál es el papel de estas redes sociales; qué elementos son los que empizan a pesar en la reputación de un restaurante o en que un establecimiento llene o no sus mesas cada día: la víscera, la impresión repentina, la reacción irreflexiva a un estímulo… En cualquier caso, algo muy alejado de los datos objetivos, la reflexión formada e informada, el bagaje experiencial. Estudios realizazos sobre plataformas de comparación de restaurantes concluyen que si hace mal tiempo, las críticas son peores. Además, que en noviembre se dan las puntuaciones más altas y, en verano, las más bajas; y que los habitantes de las ciudades pequeñas son menos pacientes con las esperas que los de las ciudades grandes. Subjetividad, factores externos al hecho gastronómico que determinan esos comentarios. Por cierto, según el Índice de Reputación Online de Restaurantes de España 2014, las valoraciones de restaurantes emitidas desde dispositivos móviles son claramente más bajas que el resto. Y estamos hablando de un dispositivo que ha sido el canal de reserva en restaurantes que más ha crecido en los últimos dos años. Para completar el panorama, apunto que un reciente estudio de la Consultora Deloitte señala que 7 de cada 10 personas se informan ya a través del móvil como medio principal. De nuevo aspectos ajenos al acto gastronómico como determinantes de una valoración. Aquí es donde McLuhan dice aquello de “el medio es el mensaje”.