Impresionaba entrar ayer en las cocinas de Centro de Cualificación Turística. Decenas de personas se movían en un ritmo frenético por las amplias instalaciones del centro. Sin embargo, salvo momentos de euforia de un grupo u otro, la concentración era total. Provistos de higiénicas batas blancas y altos gorros de cocinero allí se pelaba, cortaba, picaba, desescamaba, guisaba, salteaba y cocía como si no hubiera mañana. Lo extraordinario estaba en que todas esas personas que se afanaban con sepias, picantones, salmonetes y postres pertenecían a Assido.
“Lo único imposible es aquello que no intentas” es el lema bajo el que se desarrolló ayer en el CCT el III Concurso de Cocina de la Asociación para las Personas con Síndrome de Down. Quince jóvenes de la asociación trabajaron en tres equipos dirigidos por los tres estrellas de la cocina solidaria: Pablo González Conejero, Estrella Carrillo y Cayetano Gómez, tres grandes cocineros y tres grandes personas con una acreditada trayectoria en su compromiso desinteresado con los demás. El jurado, compuesto por Joaquín Reyes, director de la revista ‘Gastrónomo’, Luis Lorente, directivo de Assido, Ana Guijarro, directora general de Personas con Discapacidad, Carmen Reverte, directora del Centro de Cualificación Turística, Francisco Hernández, periodista de ‘La Opinión’ y yo mismo, cató los tres platos que presentó cada uno de los equipos, formados bajo sugerentes nombres: ‘Los Picantones’, ‘Los Decretos’, y ‘Los tigres’, que fueron servidos por alumnos del CCT y presentados por los propios participantes, mientras otro de los jóvenes de Assido los iba presentando. El encuentro, al que asistió un entregado público compuesto por familiares, terminó con la entrega de diplomas y un alegre fin de fiesta iluminado por las sonrisas y los gestos de ilusión de los jóvenes participantes.