La gran novedad de la nueva temporada gastronómica de Murcia es la apertura, en la céntrica Plaza Belluga, de un nuevo local especializado en tapas: El Pasaje de Belluga. Para los que conozcan el restaurante El Pasaje (Plaza San Pedro, 3), esta segunda versión de una fórmula ya consolidada supera con creces a la original, y apuesta fuerte por una dignificación de la tapa como un manjar superior y autónomo que no conoce demasiadas comparativas en Murcia. Fuera de la “Marinera” y los “Caballitos”, la oferta gastronómica murciana obliga al usuario al ya cansino protocolo del primer y segundo plato. Entremedias, existe un amplio campo de investigación que las inercias inveteradas han impedido desarrollar en la medida y forma que merece y permite el enorme potencial de nuestra cocina.
La tapa es el presente de la gastronomía española, y, a medio plazo, el futuro de la gastronomía internacional. Lo fragmentario y molecular, así como la libertad combinatoria, seducen mucho más que el rigor del “primero, segundo y postre”. Y, en este sentido, el nuevo local inaugurado por El Pasaje marca con firmeza una senda de éxito que no puede sino ser elogiada y recomendada. Ciertamente, el “Timbal de chato ibérico” me parece a día de hoy (13 de septiembre de 2015) la mejor tapa que se puede degustar en la capital murciana: una suerte de guiso condensado, depurado y estilizado en el pequeño diámetro de un buñuelo, y con un sabor que se llega a hacer eterno en la boca. Por no hablar del “Esturión a baja temperatura con tomate agridulce”, una inteligente fusión del espíritu oriental y de la cultura local, en la que el equilibrio entre el respeto a la materia prima y el sabor incisivo preside su degustación.
Un lugar tan emblemático como la Plaza Belluga, auténtico centro simbólico y cultural de Murcia, necesitaba con urgencia la implantación de un pulmón gastronómico capaz de servir de tarjeta de presentación de la identidad culinaria local tanto a foráneos como autóctonos. Y, afortunadamente, con la reciente inauguración de El Pasaje de Belluga esta necesidad se encuentra de sobra cubierta y elevada al grado de excelencia. Murcia se está haciendo divertida poco a poco.