La tienda de alimentos naturales Vegali, situada en la calle de los Apóstoles, está de liquidación por cierre. No soy vegano pero me gustan y ejerzo algunos de sus hábitos alimentarios. Nunca lograré cumplir íntegramente con los principios de esta filosofía de vida no porque intelectualmente los rechace, sino porque soy demasiado burro y débil.
Diariamente cierran establecimientos de todo tipo. Es la severa y selectiva ley del mercado. Pero que una tienda tan particular como Vegali cierre lleva implícito algo más que el fracaso de una empresa específica: supone una derrota colectiva, social, que dice mucho y muy malo de nuestros hábitos culturales y alimenticios.
Mientras el resto de Europa evoluciona a velocidad de vértigo en cuanto a la conciencia de una “ética alimenticia” se refiere, en España y, particularmente, en Murcia evidenciamos una falta de sensibilidad rayana en lo cavernario. No se trata de tachar de incivilizado a quien se coma una hamburguesa o un solomillo -yo lo hago de en vez en vez- sino de dar la posibilidad de que aquéllos que no quieran hacerlo dispongan de una oferta mínima y de calidad. Pero, claro está, partiendo del hecho de que, en una región fundamentalmente hortofrutícola y una de las principales productoras de agricultura ecológica del país, resulta imposible encontrar leche de soja en una cafetería y que te sirvan fruta en la mayoría de los restaurantes -se considera esto último poco trendy-, ¿quién puede imaginar la supervivencia de un comercio especializado en productos veganos?. Que vaya a echar las persianas un proyecto como Vegali nos convierte en una peor sociedad, involucionada, incapaz de matizar positivamente su estado de barbarie. Todavía los restaurantes vegetarianos son mirados mayoritariamente como catacumbas culinarias en las que unos cuantos inadaptados piojosos comen fatal. Europa queda lejos. Y el futuro a años luz. A este paso nunca vamos a ser una región cosmopolita. La evolución comienza por el estómago. Y el nuestro es un espacio de intolerancia y de oscuridad cavernaria.